Alfred Hichcock llega de improviso a Mónaco a visitar a su antigua musa en el cine, Grace Kelly, y ofrecerle el papel de protagonista en su próxima película “Marnie la ladrona”. La oscarizada actriz, casada con el Príncipe Rainiero de Mónaco y madre de dos hijos, Carolina y Alberto, no ha logrado adaptarse a su nueva vida de princesa europea. Sobre todo, añora gozar de libertad para poder actuar espontáneamente, no con la rigidez que marca un protocolo inflexible. Su infelicidad es tal que llega, incluso, a plantearse el divorcio y regresar a su trabajo de actriz en América.