La doctora de Brest
La neumóloga Irène Frachon descubre una conexión directa entre una serie de sospechosas muertes y un medicamento aprobado por el Estado.
La neumóloga Irène Frachon descubre una conexión directa entre una serie de sospechosas muertes y un medicamento aprobado por el Estado.
En el despacho de una juez de menores, una joven madre con un largo historial de problemas con los servicios sociales, deja abandonado a Malony, su hijo de 6 años. La cámara se recrea en las caras de los dos niños, Malony y su hermano de pocos meses en brazos de su madre, y parece captar sus emociones mientras los adultos discuten y gritan desaforadamente. La escena está muy bien realizada y logra conmover al espectador e involucrarlo en el drama que se va a desarrollar (Aunque no tardará en desligarse de una historia que acabará por resultarle carente de interés).