Cine y Valores

Kingsman: Servicio secreto

Título original: 
Kingsman: The Secret Service
Género: 
Puntuación: 
6

Average: 6 (1 vote)

Publico recomendado: 
Año: 
2014
Dirección: 
Fotografía: 
Distribuidora: 
Duración: 
129
Contenido formativo: 
Crítica: 

Una rápida operación de los hombres de Kingsman contra un grupo de mujaidines. Uno de los agentes muere para salvar a sus compañeros. El jefe, Harry Hart, se siente responsable de lo sucedido, puesto que cometió un terrible fallo en la organización. Así arranca una película de acción, al más puro estilo James Bond, basada en un comic de Mark Millar y Dave Gibbons y dirigida por Matthew Vaughn.
La película nos traslada inmediatamente a 20 años después. Para el hijo del agente fallecido, la vida no ha sido fácil, con una madre débil y un padrastro violento. Se ha convertido en un joven conflictivo que parece haber malogrado todas sus extraordinarias capacidades intelectuales. Harry Hart, que se siente en deuda con él por el error que le costó la vida a su padre, decide darle la oportunidad de integrarse en “Kingsman” y ocupar el mismo lugar que su padre años atrás. “Kingsman” es una organización secreta privada, lo cual les exime de todas las servidumbres de un servicio de espionaje oficial. Su efectividad procede del hecho que nadie conoce su existencia, así como del óptimo nivel de preparación de sus agentes y de la calidad de sus artefactos de ataque y defensa, innovadores y sofisticados al máximo.
La película no es previsible en ningún momento y no deja nunca de sorprender al espectador, entre tensión y risas. Contiene una alta dosis de violencia que en algunas escenas casi rayaría en el cine gore, pero el humor omnipresente en el film sirve de contención y, así por ejemplo, de las cabezas cortadas de tajo, brotan una suerte de fuegos artificiales que inundan el espacio de luz y color.
El reparto cuenta con actores excelentes, como Colin Firth, Mark Strong, Michael Caine (un “Arthur” con sus caballeros alrededor de la mesa no redonda sino ovalada, en un moderno Camelot virtual), y el joven Taron Egerton, que está totalmente a la altura de los veteranos. Se agradece que no se eche mano del recurso fácil de las “chicas Bond”. En Kingsman la acción es tan viva y dinámica que no necesita para nada el complemento de expresiones sexuales zafias. Sin embargo, al final, incluso rompiendo el ritmo ágil de la narración y las aventuras, aparece una referencia sexual extemporánea y grosera. Pero en general Matthew Vaughn nos ofrece un producto inteligente, que hará las delicias de los aficionados al género Bond.