Noruega, principios del siglo XIII. El país se halla sumido en una terrible guerra civil que está a punto de agravarse todavía más. Dos facciones luchan por hacerse con el poder: el cruento bando de los bagler, formado por la aristocracia y apoyado por el vecino reino de Dinamarca, y, frente a ellos, los birkebeiner, compuesto por el pueblo llano. El rey Haakon III, líder de los birkebeiner, ha muerto envenenado y su hijo ilegítimo, Håkon Håkonsson, acaba de nacer en territorio bagler. Los bagler, que cuentan con un ejército bien organizado, quieren ver muerto al heredero y lo buscan para asesinarlo. Pero dos hombres de los birkebeiner, Torstein Skevla y Skjervald Skrukka, van en busca del niño y de su madre, dispuestos a jugarse la vida con tal de ponerlos a salvo. La película cuenta la gesta de esos dos héroes que protegieron al que estaba llamado a convertirse en Haakon IV, el rey que, hace ochocientos años, consolidaría la monarquía noruega.
La película, muy bien ambientada, ofrece espectaculares luchas cuerpo a cuerpo, con ballestas, hachas y flechas. No obstante, lo más relevante del film son las dinámicas secuencias de persecución sobre esquís por montes y bosques, sobre el fondo de hermosísimos paisajes nevados. El episodio histórico que narra la película todavía se conmemora en Noruega, como la «Birkebeinerrennet», la más importante carrera de esquís.
Peter Mokrosinski, el director de fotografía, juega maravillosamente con la luz, natural en las escenas de día, y de las llamas de antorchas o velas cuando se trata de ambientes interiores o nocturnos. También Gaute Storaas ofrece una notable banda sonora que contribuye a trasladarnos a la Edad Media. Los actores están simplemente correctos.
A los personajes les falta hondura y la línea argumental, en la que se mezcla la base histórica con elementos mitológicos, resulta algo complicada de seguir para quien no esté iniciado en la historia de Noruega, por la gran profusión de topónimos y nombres de personajes, entre los que cuesta orientarse y, por tanto, seguir el hilo de las intrigas políticas. Pero el film gustará a los amantes del cine histórico, siempre que no exijan profundidad en el relato ni total fidelidad a los acontecimientos narrados.