Bienvenidos a Grecia
Durante la crisis financiera, Paladiki, una pequeña isla griega, pidió a Avo-Bank, un banco alemán, que financiara la construcción de un hospital y una planta energética. El banco tiene sospechas de que los griegos se están quedado el dinero pero no han llevado a cabo las obras, y envía a uno de sus empleados, Jörg Geissner, para controlar el destino de las inversiones. Éste, al llegar a su destino, comprueba que, tal como se sospechaba, las obras ni tan siquiera han empezado.