El gran problema de Juliette es que está marcada por un trauma de infancia y es incapaz de tomar ni la más mínima decisión. 

Coincidiendo con su cincuenta cumpleaños, Antoine sufre un infarto de miocardio. Este hecho le hace replantear su estilo de vida y, de paso, influye en las relaciones entre los miembros del grupo de amigos que suelen compartir barbacoas los fines de semana, vacaciones y confidencias. El ataque al corazón ha hecho que se enfrente con su edad y deje de buscar aventuras de jovenzuelo, pero, al mismo tiempo, le ha dejado un cierto cinismo para juzgar a los otros y espetarles brutalmente a la cara lo que piensa.