UN PADRE QUE POR AMOR AL HIJO APRENDE A SER BUENA PERSONA
Salva, un galopín delincuente de poca monta, que se dedica a vender piezas de coche robadas, huye perseguido por la policía. Pero, en pleno centro de Madrid, junto a la fuente de la Cibeles, es interceptado por el trineo de Papá Noel, que, enganchado en los cables de las luces de Navidad, ha perdido el control de los renos.
Ambos acaban en el hospital. Papá Noel, al que todo el mundo toma por un viejo loco, está angustiado por el reparto de regalos la noche del 24 de diciembre y pide ayuda a su compañero de habitación.
Lo primero que llama la atención en una película hasta con el término Navidad en su título es que no haga ninguna referencia a lo que significa esa fiesta, sin ninguna alusión a su carácter religioso indiscutible. El guion se limita a considerarla la fiesta de los regalos a los niños. Incluso, con mucha gracia por otra parte, confronta a Papá Noel con los Reyes Magos. Pero el niño de Belén no aparece por ningún lado.
Sin embargo, es una película limpia y divertida, con algunos mensajes humanos muy interesantes, el primero de los cuales es que los niños, más que regalos materiales, necesitan que sus papás estén cerca de ellos, los cuiden, los acompañen en sus actividades y sean para ellos un espejo de virtudes.
Otra admonición es sobre el valor de la familia, con la figura materna y la figura paterna, que sea un auténtico hogar donde los hijos se sientan acogidos y amados. Y finalmente hace hincapié en que ser padre no es solo una cuestión biológica de engendrar a un nuevo ser, sino que la paternidad es una misión, de una tal dignidad que exige hombría de bien. No se educa con mentiras y falsas palabras, sino con coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, entre lo que se promete y los esfuerzos por cumplirlo.
Santiago Segura hace un Papá Noel muy gracioso, con momentos hilarantes y otros de gran ternura. También Ernesto Sevilla encarna a un Salva, mentiroso compulsivo, que finalmente resulta entrañable por sus ganas de hacerse digno del hijo. Unax Hayden y Pablo Chiapella a su vez hacen un buen trabajo. Y lo mismo cabe decir de todo el resto del reparto.
En conjunto es una película familiar entretenida, una comedia navideña que resultará divertida para los más jóvenes.