NUNCA ES TARDE PARA EL AMOR

Julián, cincuenta años, divorciado y en paro, viaja cada fin de semana de Bilbao a Madrid con tres pasajeros en su coche con los que conecta a través de la aplicación BlaBlaCar. Solo uno de ellos es fijo y tiene adjudicado el asiento junto al conductor. Se trata de Lorena, una joven que va todas las semanas a ver a sus padres y de la que Julián se ha enamorado. Hoy tiene ensayada su declaración de amor para el mismo momento en que suba a su coche, pero los nervios le juegan una mala pasada y no logra sincerarse con ella.  

En dos sucesivas paradas recogen a los restantes pasajeros, Juan Carlos, un insufrible y liante personaje y Sergio, un guaperas que deslumbra a Lorena y enciende los celos de Julián.

Martín Cuervo firmó en 2021 la comedia Con quién viajas, cuya acción transcurría también en el habitáculo de un coche, con cuatro desconocidos que viajaban en vehículo compartido. Los diálogos y el hilo argumental son igualmente surrealistas en ambas cintas, pero Martín Cuervo le añade un trama de intriga con un desconcertante desenlace, mientras que Álex de la Iglesia se centra en la comicidad y las carcajadas se suceden de principio a fin.

Con guion del propio de Álex de la Iglesia y Jorge Guerricaechevarría, está alocada comedia está protagonizada por cuatro intérpretes que aciertan con el tono distendido que reclama. Ernesto Alterio es el sinvergüenza insensato pero recurrente, con soluciones de urgencia para cada situación, por disparatada que sea; Alberto San Juan, a quien el nudo de pasiones en su interior le brotan a destiempo como un volcán en erupción; Blanca Suárez, que explota bien su personaje y su vertiente humorística, y Rubén Cortada, el guaperas soso, con “dos dedos de la muerte”. Los secundarios están magníficos también, y destaca entre ellos un Jaime Ordóñez convertido en un intransigente guardia civil.

Amor, celos, peleas, persecuciones y tiros, un absurdo totum revolutum para pasar un buen rato de risas.