Cine y Valores

3 Corazones

Título original: 
3 coeurs
Género: 
Puntuación: 
6

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Publico recomendado: 
Año: 
2014
Dirección: 
Fotografía: 
Música: 
Distribuidora: 
Duración: 
106
Contenido formativo: 
Crítica: 

Época actual. Una ciudad francesa de provincias. Marc, un inspector de hacienda que está allí por un asunto de trabajo, pierde el tren en el que tenía que regresar a París. Casualmente conoce a Sylvie y ambos pasean por la ciudad hasta el amanecer, hablando de mil cosas menos de ellos mismos. Los dos se sienten sumamente atraídos y, antes de separarse, se citan a los pocos días en París. Sylvie acude al lugar convenido pero él no puede llegar a tiempo. Hasta ahí, el argumento podría recordarnos a la magnífica película de Leo McCarey «An affair to Remember», en la que Deborah Kerr y Cary Grant no logran encontrarse y van a vivir con la pena de un frustrado. Pero a partir de ahí la calidad del guion de «3 corazones» decae hasta lo inverosímil.
Tras la fallida cita, Marc regresa a la misma ciudad y no deja de buscar a su amada de la que no sabe más que se llama Sylvie. Casualmente conoce a otra mujer, Sophie, con la que acaba casándose y llevando una vida plácida. Cuatro años más tarde, se entera que la adorada hermana de Sophie, que vive en Estados Unidos, es nada menos que Sylvie.
Deborah Kerr y Cary Grant no disponían de Internet, redes sociales ni teléfonos móviles, y no pudieron encontrarse, pero no resulta muy creíble, en pleno siglo XXI, que en una ciudad de provincias no se pueda localizar a una persona. Y si nos referimos al conflicto humano, tampoco es fácil encontrar una lógica interna a las trágicas consecuencias de un «amor» que no tuvo más recorrido que unas horas de paseo y conversación. Marc, el varón del triángulo, tiene un sentido ético muy estricto para hacer respetar la ley sin ninguna concesión, y, sin embargo, es capaz de conculcar un compromiso, mentir y engañar. Las hermanas se quieren con toda el alma, y sin embargo…
A pesar de esos desajustes de contenido, la película funciona. Benoît Jacquot mantiene perfectamente el equilibrio y la fluidez sin caer en el melodrama ni aun en escenas tan comprometidas como cuando Sophie, de rodillas en la calle, se abraza a las piernas de su marido, llorando desesperadamente. La historia atrapa al espectador que la sigue con interés. Contribuyen a ello unos actores magníficos. Benoît Poelvoorde responde perfectamente al cuarentón solitario, más bien feo pero con atractivo, y las dos hermanas Charlotte Gainsbourg y Chiara Mastroianni hacen un gran trabajo en unos papeles no demasiado fáciles, justamente para no caer en la exageración. Y por encima de todos, brilla con luz propia Catherine Deneuve, la madre (también en la vida real, madre de Chiara Mastroianni), que con un solo gesto de su cara es capaz de expresar lo que está sucediendo.
La película se ve con gusto, pero se olvida con facilidad.