Cine y Valores

13 minutos para matar a Hitler

Título original: 
Elser: Er hätte die Welt verändert
Género: 
Puntuación: 
6

Average: 6 (1 vote)

Publico recomendado: 
País: 
Año: 
2015
Dirección: 
Fotografía: 
Música: 
Distribuidora: 
Duración: 
110
Contenido formativo: 
Crítica: 

Munich, Alemania, 8 de noviembre de 1939. Georg Elser, un simple carpintero sin afiliación política, ha colocado una bomba en el local donde Hitler va a pronunciar un discurso. El artefacto hace explosión, pero Hitler, Bormann, Goebels, Himmler y otros abandonan el lugar 13 minutos antes y el atentado fracasa. Elser es inmediatamente arrestado y posteriormente torturado para que delate a los miembros de su “organización”•. Los nazis están convencidos de que se trata de un complot y que Elser no es más que una pieza a las órdenes de alguien más poderoso, tal vez una potencia extranjera. Sin embargo, en realidad Elser había actuado solo. Él solo construyó la bomba y planeó su colocación.
Sorprendentemente la película empieza desvelando el final con la detención de Elser después del atentado fallido. De todos modos, puesto que se trata de hechos históricos, el desenlace era conocido. Con ello, el espectador puede tener la impresión de que va a tratarse de un biopic lineal, sin capacidad para despertar la más mínima intriga. Nada más lejos de la realidad, porque el interés de la narración no estriba tanto en la evolución de la acción cuanto en los personajes que la protagonizaron.
Elser era consciente de que se estaba jugando la vida intentando acabar él solo con Hitler. Su objetivo no era otro que liberar a su patria Alemania de un tirano diabólico, y asume con coraje y serenidad las terribles consecuencias de haber caído en mano de los nazis. Pero le vemos conmovido y apesadumbrado cuando se entera de que la bomba ha provocado la muerte de inocentes o cuando teme que sus seres queridos puedan sufrir por su causa. Es un hombre valiente y recto, sensible al dolor ajeno e incapaz de usar la violencia más que en de defensa de un gran ideal, como la libertad y el respeto al ser humano humillado. Mediante algunos flashbacks vamos conociendo también el pasado de Georg Elser, sus orígenes, inquietudes e ilusiones, sus afectos y sus proyectos de futuro. Paulatinamente, el espectador va empatizando con él, lo siente humano y cercano.
Se agradece que se lleven a la pantalla historias que nos recuerdan que mientras Alemania parecía aceptar de buen grado el régimen nazi, hubo hombres y mujeres que supieron decir no y arriesgar su vida en defensa de una idea elevada del hombre y de la patria (Recordemos, por ejemplo, Sophie Scholl, de Marc Rothermund). En general la narración está bastante comedida y es uno de los grandes aciertos de la película. Las escenas de tortura están sugeridas pero Hirschbiegel nos ahorra tener que verlas en detalle, no hay ni un solo primer plano. Pero sí quedan patentes la nobleza y dignidad de un hombre que no se dobla ante los salvajes recursos de la maldad.
Es una película cuenta con un buen elenco, está bien realizada y resulta interesante. Además, aporta luz sobre un episodio poco conocido de la resistencia alemana al régimen nazi y que será del agrado de los amantes del género.