DOS HOMBRES Y UN DESTINO, FATUM
Matar a un asesino para salvar la vida de inocentes a los que está amenazando es lícito y convierte al autor en un héroe digno de reconocimiento
Matar al mismo asesino para salvar la vida de un inocente al que no está amenazando convierte al autor en un asesino que debe ser castigado.
Matar al mismo asesino por venganza de las muertes que ha causado es un acto reprobable que merece un severo castigo.
La misma acción –matar– y el mismo destinatario –un asesino– puede ser éticamente correcta o totalmente reprobable. En teoría es muy fácil hacer la distinción, pero cuando una persona está al límite, no es raro que le tiemble la pistola en la mano.
Una terrible pregunta impacta en el espectador: «¿Qué haría yo en cada uno de esos casos?». O, por lo menos «¿Qué desearía hacer si pudiera y me atreviera?». La eticidad no reside tanto en el acto realizado –matar–, cuanto en quien lo lleva a cabo, o en quien lo provoca... o en quien lo desea...
Inquietante thriller de Juan Galiñanes, coguionista junto a Alberto Marini. Fue también coguionista de Quien a hierro mata (Paco Plaza, 2019), con cuyo protagonista, Luis Tosar, vuelve a contar para este film.
Narra la historia de dos familias, un matrimonio roto por la ludopatía del marido, con dos hijos pequeños por los que no acaban de decidirse a la separación. Por otro lado, un matrimonio feliz, con un hijo al que adoran, pendiente de un trasplante de corazón para poder sobrevivir. Una serie de acontecimientos (fatum) los pondrá en relación y zarandeará sus vidas.
Poco puede decirse de la línea argumental para no privar al espectador del placer de ir descubriendo por sí mismo el avance de la situación. La producción está muy cuidada y nos ofrece momentos especialmente logrados, como todo lo que acontece en el salón de juegos, con la música de fondo de las máquinas tragaperras y la tensión de la tragedia en el rostro de los rehenes. Pero quizá lo mejor de la película es el despliegue de la operación policial, en la que se atiende al lado humano de los agentes involucrados y al rigor y profesionalidad en un trabajo en el que están en juego vidas humanas. Son también muy hermosos los planos generales de La Coruña y muy logradas las escenas en el interior del hospital.
Luis Tosar está, una vez más, en estado de gracia. Junto a él, Álex García y Elena Anaya hacen un trabajo impecable. Y no puede decirse menos del resto del elenco.
Un buen thriller que resulta muy entretenido por la intriga y el desarrollo de la acción, pero sin duda lo mejor es el drama humano de fondo que deja en el espectador las dudas sobre sus posibles propias decisiones. Sobre el papel todo queda nítido, pero cuando las situaciones llevan el palpitar vivo de un conflicto humano muy hondo, tal vez ya no resulte tan sencillo.