Cine y Valores

LIVING

Título original: 
LIVING
Género: 
Puntuación: 
7

Average: 7 (1 vote)

Publico recomendado: 
País: 
Año: 
2022
Dirección: 
Fotografía: 
Distribuidora: 
Duración: 
102
Contenido formativo: 
Crítica: 

EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO

El escritor y Premio Nobel de Literatura Kazuo Ishiguro adapta el guion de una de las películas más recordadas de Akira Kurosawa, VIVIR (1952), para trasladarlo al Londres de la postguerra. Living, protagonizada por Bill Nighy y dirigida por Oliver Hermanus, resulta menos denso que el clásico de Kurosava, es un film amable, delicadamente triste, pero mantiene toda la riqueza de su reflexión sobre el sentido de la vida. 

Ambientada en Londres, en la década de 1950, la película narra la historia de Mr Williams, un veterano y metódico funcionario bien adaptado a la ineficaz burocracia,  incapaz de dar el aliento necesario a una ciudad que intenta reconstruirse después de los bombardeos de la II Guerra Mundial. 

Viudo y con un único hijo, casado con una joven harpía que sueña con hacerse con el dinero del suegro, cuando le diagnostican una enfermedad terminal, Mr Williams siente el peso de la soledad y no comparte con nadie su situación. Vacía su libreta de ahorros y se dirige a la costa, buscando el mejor modo de pasar el poco tiempo que le queda de vida. Pero, en realidad, no sabe cómo hacerlo, y no acierta en ninguna de sus tentativas de llenar de felicidad, o por lo menos de diversión, sus últimos días. El destino pone en su camino a una joven excompañera de trabajo, llena de vitalidad, que rezuma el gozo de vivir. Es el referente que Mr Williams necesitaba para encontrar el rumbo en ese último tramo de su vida. 

Abandona su trabajo sistemático carente de imaginación e iniciativa para comprometerse en todas las buenas causas a su alcance, empezando por la construcción de un parque infantil, largo tiempo paralizado por la desidia burocrática. Sus compañeros de trabajo están sorprendidos y no se explican a qué obedece tan gran cambio. 

Lo que nadie comprende es tan sencillo como que, el apodado “Mr Zombie” ha cambiado radicalmente porque la muerte cercana lo ha interrogado sobre el sentido de la vida. Los pequeños placeres que ha intentado no le han dado respuesta, pero lo han puesto en la pista de lo que no significa nada. Por fin ha entendido que la vida se llena de sentido cuando uno sale de sí mismo al encuentro de los otros, se preocupa por los demás y se compromete con el bien común. 

Con su nueva actitud altruista, le urge recuperar el tiempo perdido y, para ello, debe ganar cuantas batallas pueda para favorecer a su entorno. El hombre que cada día da mayores pruebas de humanidad es, a su vez, un ser humano necesitado de afecto y ternura, lo cual no es fácilmente comprensible para quienes no conocen la realidad de su situación.

El tema de la transformación que redime a un ser humano es, de hecho, un tema convencional. Sin embargo, la historia, impregnada de “flema inglesa”, con un protagonista tan distinguido y elegante, resulta original. Por otra parte, a pesar de la sencillez de la trama, la película no solo no resulta aburrida en ningún momento, sino que el espectador conecta con el personaje y se deja llevar de buen grado por la suave melancolía de sus reacciones. 

Bill Nighy es un magnífico actor no suficientemente valorado (recordemos, por ejemplo, su Edmund Brundish en La librería y su Ambrose Hilliard / Uncle Frank en Su mejor historia). En Filing, con expresiones tenues y casi imperceptibles, encarna magistralmente la apatía existencial y el sentimiento de estar alejado y desvinculado de todos, incluso de sí mismo. Jamie Ramsay nos ofrece una suave fotografía de colores cálidos que envuelve todas las escenas, mientras la música de Emilie Levienaise-Farrouch llenan los silencios de significado. Una puesta en escena austera, como corresponde a la situación de la acción, nos invita a sobrevolar las ofertas superficiales e inútiles, que, a fin de cuentas, nos impiden saborear realmente la vida.

Llenar la vida de sentido hasta los bordes y alcanzar la verdadera felicidad solo se consigue con la entrega desinteresada al bien de los demás, cada cual desde su realidad. Porque, en palabras de Kazuo Ishiguro, “aunque tu vida sea pequeña, puedes contribuir al bien de la humanidad, puede que nadie vea tus méritos, que no te los reconozcan, pero no importa, ya que el éxito puede ser una experiencia solitaria”.