¡VAYA PAR DE GEMELOS!
Henry Brogan es uno de los agentes de élite de los Estados Unidos, el mejor tirador, capaz de acertar un blanco a mucha distancia, en un tren de alta velocidad en marcha. Acaba de cumplir 51 años, tiene en su haber muchos “éxitos” –que representan otras tantas vidas eliminadas-, su conciencia no puede más, necesita recuperar su paz interior y ha decidido jubilarse. Pero, de pura casualidad se entera que, en su última misión, el hombre al que le mandaron eliminar no era un elemento del “lado oscuro” de la humanidad, sino un bioquímico que resultaba incómodo a sus mandos. Henry quiere llegar hasta el final de la cuestión y, con ello, se convierte en un elemento tan incómodo que deben hacerlo desaparecer. A él, que es el mejor, solo pueden enviarle a alguien exactamente igual que él, su “otro yo”.
El título de la película, Géminis, muy acertado, hace referencia al término latino ‘gemini’ con el que se designaba a los “dioscuros griegos”, Cástor y Pólux, los gemelos por antonomasia. Ang Lee, al que recordamos por título tan notables como La vida de Pi o el más reciente Billy Lynn, presenta ahora una película en la que prima la acción, con muy poco espacio para la realidad humana de los personajes. Apenas si Henry Brogan, el protagonista, en sus reflexiones de hombre cansado y desengañado al saberse manipulado y traicionado, tiene algunas reflexiones éticamente valiosas. Pero quedan perdidas en medio de esa ensalada de balas, explosiones, trampas, acechos y peleas. Sin embargo, a pesar de su falta de originalidad y de un relato plano, sin ninguna profundidad en los personajes ni en el drama humano en el que se hallan inmersos, la película atrapa y las dos horas pasan sin que uno mueva un músculo en su butaca ni se atreva a pestañear. No es lo mejor de su filmografía, pero el cineasta taiwanés es un buen director.
Will Smith (Belleza oculta, Cuento de Navidad, En busca de la felicidad, etc.), es el eje alrededor del cual gira toda la trama. Es el dueño total de la pantalla sin un minuto de respiro. Realiza un buen trabajo, sin duda, pero es deudor de un guion bastante endeble, y sus desdoblamientos con Junior, resultan poco creíbles. El 3D, en general da espectacularidad al film, pero en las persecuciones y luchas entre Henry y Junior, uno tiene más bien la impresión de estar ante un vídeo juego que viendo una película mínimamente seria. También Mary Elizabeth Winstead (Los Hollar, Matar al mensajero) hace un buen trabajo, pero tiene poco margen para lucirse.
Los amantes del género disfrutarán con el film y para los demás, sin entusiasmo, pero son dos horas de entretenimiento.