Cine y Valores

Sobre ruedas

Título original: 
Tout le monde debout
Género: 
Puntuación: 
7

Average: 7 (1 vote)

Publico recomendado: 
País: 
Año: 
2018
Dirección: 
Guión: 
Música: 
Distribuidora: 
Duración: 
107
Valores: 
Crítica: 

DISCAPACITADO DE CORAZÓN

Jocelyn, un empresario millonario, mujeriego empedernido y mentiroso convulsivo, aprovechando un malentendido, se finge minusválido en silla de ruedas para seducir a Julie, una nueva vecina que le resulta atractiva. Hasta el día que ésta lo invita a una comida en la casa de campo de sus padres. Allí conoce a Florence, la hermana mayor de Julie, una mujer bellísima y encantadora, parapléjica a causa de un accidente.

Florence es una mujer muy creativa, que no se ha dejado vencer por su limitación. Ha perdido la movilidad de sus piernas, pero su persona está intacta. Sabe que los problemas humanos solo se solucionan por elevación y ella mira hacia lo alto: hace deporte, disfruta del mundo de la buena música, es optimista y está abierta a las relaciones valiosas. Jocelyn se mueve exclusivamente en el nivel de realidad de lo más inmediato, fácil y placentero, tanto en el trabajo como en la vida privada. Tiene mucho éxito y, lógicamente, lo pasa bien, pero no es feliz, sus satisfacciones son efímeras. Se plantea pequeños y absurdos retos, que, en realidad ni tan siquiera le importan. Después de uno viene irremisiblemente el otro, en una carrera hacia ninguna parte, solo preocupado de apurar los momentos antes que se le escape la juventud.    

Los actores hacen todos un buen trabajo. Franck Dubosc (Barbacoa de amigos, Historias de una indecisa) está igualmente bien en las escenas cómicas que en los momentos más graves. Alexandra Lamy (Historias de una indecisa, Vuelta a casa de mi madre) está magnífica, transmitiendo humor, ternura, optimismo y calidad humana. Elsa Zylberstein hace una divertida secretaria sentimental y un poco patosa. Todos los secundarios están correctos, Gérard Darmon, como Max, Caroline Anglade, la vecina, Laurent Bateau, el hermano mecánico, Claude Brasseur, el padre…   

Es la primera vez que Franck Dubosc se sitúa tras la cámara -además de haber escrito el guion y de protagonizar la película-, lo cual podría, de entrada, despertar alguna suspicacia, sobre todo con una trama que fácilmente podría derivar en una historia «pastelera». Pero la realidad es que Dubosc elabora el relato clásico de comedia romántica -Chico conoce a chica gracias a una gran mentira, se enamoran y tienen que afrontar la realidad: ¿Happy end o triste separación?-, pero sabe darle un tono justo y equilibrado, y el resultado es una simpática comedia romántica que no obvia algunos momentos más serios y profundos. El tema de la discapacidad está tratado con naturalidad, pero con respeto, con humor pero sin burla. Y, al final, lo que queda claro es que el personaje más «discapacitado» no es el que va en sillas de ruedas, sino el que no es capaz de abrirse a amar a los demás y vive encerrado en su mundo de gratificaciones rápidamente fungibles. La escena final es la síntesis de toda la historia y muestra, simbólicamente, quién es el verdadero débil, quién está a ras de suelo sin poder levantarse, y quién es el fuerte, quién tiene la suficiente energía interior para tirar de sí y para ayudar al otro a superar la discapacidad. Todo lo cual demuestra, una vez más, que pueden hacerse buenas películas con buenos sentimientos.

Sobre ruedas es amable, divertida, permite pasar un rato muy agradable y, además, ofrece temas de hondo calado para la reflexión. Muy recomendable.