Cine y Valores

El fútbol o yo

Título original: 
El fútbol o yo
Género: 
Puntuación: 
5

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Publico recomendado: 
País: 
Año: 
2017
Dirección: 
Fotografía: 
Música: 
Distribuidora: 
Duración: 
100
Contenido formativo: 
Crítica: 

EL «BOLUDO» SE SUPERA

Pedro es un fanático del fútbol, más aún, es un adicto al fútbol, sólo vive para ver partidos. Todo el resto de lo que constituía su vida ha pasado a segundo plano, ha descuidado su trabajo y a su familia, por lo cual tiene serios problemas laborales y su matrimonio está a punto de romperse. Cuando se ve materialmente en la calle, lejos de Verónica, su esposa, y de sus dos hijas adolescentes, toma conciencia de que sufre una auténtica adicción -él se califica a sí mismo de «fútbolholico»- y decide acudir a terapias de grupo con alcohólicos en rehabilitación.

Es una comedia sencilla, divertida en algún momento, pero que no acaba de cuajar. Pedro, el protagonista, más que gracioso es exasperante. Está muy bien interpretado por Adrián Suar, a quien recordamos por su magnífica actuación en Me casé con un boludo, quien a su vez ha actuado como coguionista. Es lógico, pues, que el personaje le vaya como un guante y se meta tan fácilmente en su piel. Pero el buen trabajo del actor no le da calidad a un ser histriónico y hasta grotesco. También Julieta Díaz, que ya había colaborado con Marcos Carnevale en dos buenas películas, Corazón de león y El espejo de los otros, está, como siempre, extraordinaria, en este caso dando vida a una mujer enojada y triste porque ve cómo su familia se rompe por un motivo tan absurdo como una adicción al fútbol, y que, al mismo tiempo, siente rabia por haber sacrificado sus sueños de juventud a un hombre que no lo merecía. El resto del elenco está también muy bien, pero las buenas actuaciones no son suficientes para sacar a flote una película tan mediocre.

Al guion le falta equilibrio y no consigue ofrecer una comedia abiertamente divertida. Podría ser tan disparatada como quisiera, siempre que no cayera en lo ridículo, que es lo que sucede. Pedro es un personaje patético. Y cuando, además, el film se desvía del género e incluye escenas melodramáticas, la cosa se pone todavía peor. La película hace alusión a un tema muy interesante, las nuevas adicciones, como las redes sociales, pero se limita a nombrarlo casi de refilón. En una tienda de ropa, Verónica le dice a una amiga: «Una adicción es el alcohol, la cocaína, el juego, ¡pero el fútbol!”¡», a lo que la otra responde que existen otras adicciones como Facebook, Twiter, etc. Sin embargo no se va más allá en la reflexión

El fútbol o yo permite pasar un rato, sonreír en algún momento, pero eso es todo.