Cine y Valores

Neruda

Título original: 
Neruda
Puntuación: 
5

Average: 5 (1 vote)

Publico recomendado: 
Año: 
2016
Dirección: 
Fotografía: 
Música: 
Distribuidora: 
Duración: 
109
Contenido formativo: 
Crítica: 

En 1948, el senador Pablo Neruda acusa en el congreso al gobierno chileno de traicionar a los comunistas. El presidente González Videla lo declara traidor a su gobierno, lo desafuera y ordena su detención al prefecto de la Policía de Investigaciones, Óscar Peluchonneau. El poeta y su esposa, la pintora argentina Delia del Carril, obligados a huir, no consiguen salir el país y deben esconderse, cambiando a menudo de lugar, siempre arropados y protegidos por los suyos. La voz en off del atormentado Peluchonneau explica el extraño juego que desarrollan él y Neruda. A cada cambio de escondite, Neruda le va dejando rastros de su presencia y también un libro suyo, como una broma entre real y literaria. El policía, obsesionado fascinado por las iniciativas de su presa, llega a dudar de su propia identidad personal, de si, a fin de cuentas, no es más que un personaje de ficción en esa historia, cuyos hilos maneja el escritor, no él. Por eso le va la vida en no cejar en su persecución, arrostrando toda suerte de peligros y dificultades, hasta el mismo corazón de los Andes. Mientras tanto, la leyenda de un poeta perseguido por el poder llega a Europa y convierte a Neruda en símbolo de la libertad por cuyos derechos claman los artistas liderados en París por Pablo Picasso.

En realidad, la película es un falso biopic, porque sigue menos los hechos que las huellas del poeta en el imaginario chileno. Su impacto sobre todo un pueblo, su capacidad creativa y su realidad personal son los hilos de su narración. En cierto sentido es iconoclasta, porque destruye la imagen del poeta romántico, del bardo del amor puro y profundo Neruda aparece desmitificado, y le vemos frecuentando burdeles, ridículamente disfrazado de mujer, cansado de tener que recitar constantemente el mismo poema 20 de sus 20 poemas amor y una canción desesperada, aburguesado, acostumbrado a lujos y comodidades a los que no está dispuesto a renunciar, al mismo tiempo que, paradójicamente, sigue siendo el portavoz del pueblo de las minas y de los campos. Dice amar con toda su alma a su mujer, con la que sin embargo es incapaz de tener intimidad, mientras que frecuenta lupanares donde es bien conocido como cliente asiduo. No es raro que en algunos ámbitos de Chile, la película haya provocado ampollas e irritación hacia su guionista y su director.

El film tiene rasgos surresalistas, como esa primera escena de reunión de políticos en un salón-urinarios, que logra situar al espectador en disposición de presenciar una historia que, aunque basada en la historia del gran poeta chileno, va a desbordar la realidad, tal vez a convertirla en producto literario, como el personaje mismo de Peluchonneau, que llega a decir «Antes era un ser de sangre, ahora soy de papel», perseguidor totalmente atrapado en las redes del perseguido Neruda, que parece ser quien decide y crea el desarrollo de la persecución.

Larraín quiere ofrecer un poema visual, con escenas cortas que marquen el ritmo y las pausas, y que al mismo tiempo sea un relato policiaco, un sorprendente y disparatado juego de persecución, sobre un personaje que se ha convertido en un mito en su país. Pero no acaba de alcanzar sus objetivos y la película, entretenida a ratos, se hace larga y repetitiva. Los actores están bien, pero no logran conectar con el público, no consiguen que el espectador se identifique con la historia. Todo en Neruda se queda a medio camino. 

[Crítica cedida por Pantalla 90]