Margo, una joven viuda, se siente desbordada por los problemas que le ocasiona Jon, su hijo adolescente. Su madre, mujer dura y fría, no le supone ninguna ayuda para la educación del chico. Así que, Margo decide enviarlo con su padre, militar retirado, que hace tres años, al regreso de Bosnia, se alejó de la familia para vivir solo en un pueblo de la costa alicantina. En unos pocos meses, abuelo y nieto tendrán que convivir, uno marcando límites y normas, el otro rebelándose y ambos aprendiendo a ser mejores personas.
El argumento es sencillo y bastante predecible, pero la película resulta entretenida y amena. Ahora bien, lo más interesante de 15 AÑOS Y UN DÍA es el perfil de personajes que nos sugiere y cómo la trama de maltrechas relaciones entre ellos se va recomponiendo a medida que se incrementan los problemas.
Querejeta ha tenido el acierto de sugerir, en lugar de mostrar explícitamente, sentimientos, rencores, miedos, desconcierto... Más que con palabras, habla con la cámara, como cuando Max, al pie de la ventana de Aedo, da la vuelta con el coche y se dirige a un prostíbulo. La inspectora Aedo parece enamorada de él y a Max no le es indiferente. Pero la cámara nos da a entender que, encerrado como está en sí mismo, no es capaz de abrirse a una relación afectiva y se limita a comprar sexo, que no le supone compromiso. La escena, de gran fuerza dramática, no es propiamente erótica (La directora la ha compuesto, además, con delicadeza) por cuanto no se centra en el deseo carnal sino en la soledad en la que se ha refugiado Max, porque no sabe superarla. Es también conmovedora, por su profunda expresividad, la escena en el aeropuerto, entre el abuelo y el nieto, ya que constituye una suerte de síntesis de la película. Max se vuelve varias veces para mirar al niño, y lo mismo hace Jon. Pero sus gestos no coinciden y cada uno, decepcionado, solo ve cómo el otro se aleja de espaldas. Hasta que, por fin, sus miradas se encuentran y ambos se intercambian una gran sonrisa cariñosa y feliz.
Maribel Verdú y Tito Valverde están magníficos encarnando sus personajes, a los que hacen totalmente creíbles y cercanos al espectador. Están muy bien secundados por Arón Piper y Belén López y el resto del elenco. La música es muy acertada y la fotografía preciosa.
La película, dedicada al recientemente fallecido Elías Querejeta, padre de Gracia, es un producto cinematográfico digno y recomendable.
15 años y una día
Género:
Puntuación:
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Publico recomendado:
País:
Año:
2015
Dirección:
Guión:
Fotografía:
Música:
Intérpretes:
Distribuidora:
Duración:
96
Contenido formativo:
Crítica: