[Crítica cedida por Pantalla90]Leïla y Damien se quieren con locura. Ambos luchan procuran mantener vida normal a pesar de la bipolaridad de Damien

Alain, un gran empresario siempre apresurado, sufre un derrame cerebral y de repente tiene que frenar su alocada carrera… pero no es nada fácil.

Un grupo de cuarentones bastante fondones forman un equipo de natación sincronizada masculina con pretensiones de competir en el campeonato del mundo.

Un antiguo diplomático americano debe negociar el rescate de un agente de la CIA secuestrado en Beirut.

Kheiron se basa en la historia de sus propios padres, Hibat y Fereshteh. Hibat, joven abogado, opositor al régimen del Shah, permaneció siete años en las cárceles iraníes, hasta que en el país empezó la revolución que derrocaría al régimen de Mohammad Reza Pahleví y entregaría el poder al Ayatollah Jomeini, quien proclamó la República Islámica y acabó convirtiéndose en un dictador por lo menos tan terrible como el anterior. Hibat, ya casado con Fereshteh y con un hijo (el mismo Kheiron), tuvo entonces que huir a Francia con su familia.

Paul es un neurocirujano acomodado, casado desde hace más de treinta años con Lucie, y padre de un hijo, Víctor. La vida del matrimonio ha transcurrido sin altibajos a través de los años, él totalmente absorbido por su trabajo en el hospital, ella ocupada en labores de jardinería y en ser la sombra amable y fiel detrás de su marido.