Nuestros amantes
Carlos, escritor de guiones de cine, frustrado profesionalmente y amargado en su vida personal, entra como alelado y sin rumbo en una librería-bar. Al momento se le acerca Irene, misteriosa mujer de 30 años, y le propone un juego: entablarán una relación pero sin decirse nada que los identifique, ni nombre, ni dirección, ni correo, ni teléfono. “Hada loca” y “duende chiflado” deben aprender a conocerse a base de preguntas y respuestas ambiguas, en las cuales está aceptada la mentira. Una norma básica del juego es no enamorarse.