MORIR DE ÉXITO
Documental biográfico sobre Whitney Houston (1963-2012), una de las cantantes estadounidenses más admiradas y queridas. Publicó más de 200 álbumes y su primer disco, «Whitney Houston», constituyó un éxito rotundo, con más de 30 millones de copias. Era el inicio de una carrera meteórica en la que llegaría a conseguir hasta siete números 1 consecutivos en Estados Unidos. Tuvo también presencia en la gran pantalla y en series de televisión. Todos recordamos su película El guardaespaldas (Mick Jackson, 1992), junto a Kevin Costner, en la que interpretaba su bellísima canción «I Will Always Love You». Es memorable también su interpretación del himno de los Estados Unidos en la Super Bowl de 1991 (La Super Bowl es el partido final de la National Football League, el principal campeonato profesional de fútbol americano en los Estados Unidos).
Sin embargo, todos esos grandes éxitos comenzaron a diluirse cuando su trayectoria vital se perdió por los senderos de la droga, en un camino sin retorno que acabaría llevándola a la muerte con solo 48 años.
Kevin MacDonald, director y guionista de la película documental, presenta la vida de Whitney cronológicamente, siempre atendiendo a la doble cara de una misma moneda, la luz y la oscuridad: la niña vivaracha, aparentemente feliz, pero que sufrió en silencio los abusos sexuales de una persona de su entorno; la joven orgullosa de sus raíces y su familia, pero que sufrió el divorcio de sus padres; la hija que quiso entrañablemente a su padre, pero que sufrió que éste se aprovechara de ella sin ningún miramiento… Y continúa MacDonald con la ambigua relación -lesbiana, amistosa y laboral- de Whitney con Robyn Crawford, el tormentoso matrimonio con Bobby Brown, la pasión por su hija Bobbi Kristina, a la que acabó desatendiendo y cuya triste deriva fue la consecuencia lógica de las circunstancias en que había crecido.
A pesar de la total fidelidad a la sucesión cronológica, el ritmo se mantiene vivo y constante en todo momento sin que decaiga ni por un instante el interés del relato. MacDonald procura ser objetivo en la presentación del personaje, con sus luces y sus sombras. Pero consigue hacerlo tan humano y cercano, que uno no puede por menos que conmoverse ante el sufrimiento que oprimió a Whitney Houston durante toda su vida, aunque nunca abandonara esa sonrisa maravillosa de buena persona. Para la película, el director ha manejado gran variedad de material, vídeos «caseros», que nos permiten ver a Whitney en la intimidad, desde su infancia hasta las vísperas de su muerte, también vídeos de sus conciertos o de sus apariciones en público, y numerosas entrevistas con personas del entorno más cercano de la artista -familiares, empleados, amigos…- que hablan sobre la vida privada de la artista. Sin embargo, esos cuasi secretos desvelados no adolecen en ningún momento de falta de respeto a esa persona maravillosa.
Whitney Houston fue tocada por los dioses con el don de una voz extraordinaria. Fue una mujer enormemente simpática y cautivadora, de una belleza deslumbrante, que saboreó las mieles del éxito pero a la que el destino no le permitió disfrutar más que de algunos efímeros destellos de felicidad.
Un documental muy interesante y ameno, que nos pone en presencia de una de las voces más importantes de los últimos años y que nos alerta sobre el peligro de aventurarse por el mundo destructivo de las drogas.