Cine y Valores

Una razón para vivir

Título original: 
Breathe
Puntuación: 
5

Average: 5 (1 vote)

Publico recomendado: 
País: 
Año: 
2017
Dirección: 
Fotografía: 
Música: 
Distribuidora: 
Duración: 
117
Crítica: 

Emotivo drama que narra la historia real de Robin Cavendish, capitán retirado del ejército británico, y de su mujer Diana. Recién casados fueron a Kenia donde él tenía negocios y donde nació su único hijo, Jonathan.

En plena juventud, con sólo 28 años, Robin contrajo la polio y quedó totalmente paralizado desde el cuello hasta los pies. El diagnóstico unánime fue terrible: sólo le quedaban tres meses de vida y durante ese tiempo debía permanecer en un hospital, enganchado a un respirador automático. Es comprensible que se hundiera en una profunda depresión y perdiera las ganas de vivir. Pero la hermosa Diana era una mujer fuerte que no estaba dispuesta a rendirse ante la adversidad y no se conformaba con ver a su marido en ese estado tan lamentable y no poder acompañarlo más que unas horas al día. Bajo su entera responsabilidad y con la oposición del director del hospital, se llevó a Robin a casa, con una rudimentaria silla de ruedas medicada, que había fabricado un amigo suyo, profesor de Oxford. Lleno de entusiasmo y ganas de vivir, gracias al inmenso amor incondicional de su mujer y a la presencia generosa de sus amigos, el enfermo se dedicó a viajar por todo el mundo, convertido en adalid de los derechos humanos de los discapacitados.

Hasta ahí la película es conmovedora. Es un canto de reconocimiento y gratitud al amor y la amistad, que consiguen llenar la vida de sentido aun en las peores circunstancias. La vida del hombre tiene sentido cuando está bien orientada, y quienes se mueven en los niveles del encuentro personal y los valores experimentan que su existencia es valiosa para quienes los aman, que su lugar en el mundo es único e irrepetible y, por tanto, que su misión es corresponder con toda su capacidad de amar. El relato está muy bien planteado, resulta interesante e ilustrativo, por la reivindicación, no sólo de luchar por mantener con vida a los enfermos, sino de procurarles una vida plena, en un entorno humano cálido. En una estremecedora secuencia, aparece un ejemplo claro de la inhumanidad que supone tratar la enfermedad -cualquiera que sea-  sin atender a la totalidad de la persona del enfermo: la sala de un avanzado hospital alemán, con los enfermos distribuidos en celdas de una macabra colmena.

El ritmo del relato, lógico y verosímil hasta el último tramo de la película, de súbito da un quiebro brusco e inexplicable que, sin embargo, no parece sorprender a ninguno de los personajes de la historia. En cambio el espectador se queda perplejo sin lograr entender por qué se ha roto la coherencia interna. No se trata de negar la verdad de los hechos, pero no se da una vuelta tan drástica a una trayectoria vital sin una razón, ya sea sensata o absurda, humanamente valiosa o degradante. Se apunta a unos hechos que podrían desencadenar el final, pero falta la evolución interna.

Efectivamente es muy complicado que una misma historia sea a la vez una exaltación de la lucha por la vida y una exaltación de la muerte, pero la dificultad no justifica esa falta de lógica interna en el personaje. La historia es real, pero no es verosímil.

Hay algunas escenas muy cuestionables, como cuando la acción se traslada a España, a las costas de Tarragona, cuya ambientación, tan mala en paisajes y población, llega incluso a producir risa. Andrew Garfield está magistral en un papel extremadamente complicado. Sus miradas y sus gestos faciales tienen una enorme expresividad, y es capaz de dotar al personaje de entidad humana y hacerlo cercano al espectador. También Claire Foy está impecable en su papel de esposa abnegada, amante y luchadora. Muy correctos también los secundarios. Jonathan Cavendish, el hijo de Robin y Diana -y productor de la película sobre la historia de sus padres-, a quien van dando vida diversos actores de distintas edades, aparece como una figura bastante plana.

A pesar de sus fallos y carencias, Una razón para vivir es una preciosa historia de amor y superación que da que pensar sobre la enfermedad, la vida y la muerte.