Cine y Valores

Timbuktu

Título original: 
Timbuktu
Género: 
Puntuación: 
8

Average: 8 (1 vote)

Publico recomendado: 
Año: 
2014
Fotografía: 
Música: 
Distribuidora: 
Duración: 
97
Contenido formativo: 
Crítica: 

Idiomas: Francés – Árabe – Inglés – Bambara – Songhay - Tamasheq
Kidane lleva una vida tranquila y feliz en las dunas, con su esposa Satia, su hija Toya e Issam, un niño pastor de doce años. Toda la zona ha caído en manos de los islamistas yihadistas, que han impuesto un régimen de terror. Los pacíficos habitantes del pueblo son gente religiosa, respetuosa de Dios y cumplidora de las enseñanzas del Corán y del profeta. Entienden la Yihad como la batalla personal y de conciencia contra la idolatría de las cosas y el propio ego. Sin embargo, los extremistas religiosos que han tomado Tombuctú quieren imponer por la fuerza su particular interpretación de la voluntad de Alá y de las palabras del profeta.
Armados hasta los dientes están dispuestos a llevar la Yihad, en ese caso no contra el “infiel”, sino contra sus mismos hermanos en la fe, para doblegarlos a su voluntad. Decretan que está prohibido jugar al fútbol, oír música, permanecer en la calle… Las mujeres, además del velo, deben llevar calcetines y guantes, etc. Las penas por el incumplimiento de las normas van desde los latigazos hasta la misma muerte por lapidación.
Muchos abandonan sus pobres pertenencias y se van de allí, otros, como Kidane, no saben a dónde ir, y permanecen en sus casas o sus jaimas, sometidos al terror de los yihadistas. La historia de la familia de Kidane sirve de hilo conductor para mostrar la alteración de la tranquilidad de las buenas gentes del pueblo por la presencia agresiva de los radicales.
El ritmo de la película es muy lento, como corresponde a la situación de opresión que narra, y, al mismo tiempo, permite recrearse con la belleza de su fotografía. Hay escenas soberbias como la del partido de fútbol con un balón imaginario, y otras de una infinita ternura, como la de Toya, desbordante de amor y felicidad, abrazada a su padre que la adora. Los actores encarnan a sus personajes con total naturalidad, poniendo de relieve el contraste entre la dignidad y la resignación de unos frente a la barbarie de los otros.
La película constituye un auténtico poema del África islamista, con una mezcla de armonía, belleza y bondad, quebrada por el más desgarrador de los horrores. Es tan hermosa en la forma como profunda en el contenido. Conmueve hasta las lágrimas y hace vibrar de indignación por la brutalidad irracional. Y uno se queda con el terrible interrogante de cómo es posible que haya hombres capaces de hacer el mal, destrozar y matar en nombre de Dios.