ARTE PARA TODOS
Antoine, un joven rapero que vive en los suburbios de París, sigue sin mucho entusiasmo un curso de contabilidad, prácticamente obligado por su hermano Didier, un brutote que se gana la vida boxeando en combates clandestinos. Didier adora a su hermano pequeño y se desvive porque pueda labrarse un porvenir.
Antoine tiene también un pequeño trabajo a tiempo parcial como repartidor de sushi a domicilio. Un día, en el curso de la entrega de un menú en el Teatro de la Ópera de París, se cruza con madame Loyseau, una prestigiosa profesora de canto. Mme Loyseau reconoce de inmediato un gran potencial en la voz del repartidor, como si fuera un diamante en bruto que le pidiera ser tallado y pulido.
Aunque muy desconcertado, Antoine se siente atraído por el arte y no rechaza el enorme privilegio de ser admitido en las clases de tan magnífica profesora. Eso le supondrá, sin embargo, tener que mentir a los suyos, familia y amigos, para quienes la ópera es un asunto exclusivamente de “burgueses ricos”, sin nada que ver con su mundo.
Un cuento de hadas, totalmente previsible, pero no por ello menos grato, sobre todo por la delicada complicidad entre MB14 (Mohamed Belkhir es su nombre real) y Michèle Laroque. Michèle Laroque está espléndida en su papel de aristócrata lírica, dedicada por entero al arte, a pesar del vacío interior que la inquieta a veces. MB14, beatboxer en la vida real, es decir, alguien que con su voz y boca es capaz de imitar todo tipo de sonidos y melodías, se dio a conocer en el concurso televisivo “The Voice” en 2016. Se desenvuelve tan bien, que todo hace presagiar que este papel será para él inicio de una carrera de cine. Se cuenta, además, con la intervención del gran Roberto Alagna, como un referente real para la historia del joven Antoine, ajeno a la élite artística, que logra triunfar por méritos propios. Alagna nos deleita también con alguna breve demostración de su hermosa voz.
En conjunto, el amor a la música, el buen humor y la alegría de vivir marcan el tono de esta amable comedia. Sin embargo, la trama no se limita a una hermosa historia de aprendizaje y de superación, sino que habla también de prejuicios más o menos visibles e hirientes, de diversidad, de un cierto determinismo social, pero todo abierto a la esperanza y a la confianza en la humanidad, con ese conmovedor final.
Una película agradable en la que dos mundos musicales tan distintos como el rap y la ópera se encuentran con mutuo respeto.