Cine y Valores

Sunset Song

Título original: 
Sunset Song
Género: 
Puntuación: 
6

Average: 6 (1 vote)

Publico recomendado: 
Año: 
2015
Dirección: 
Fotografía: 
Música: 
Distribuidora: 
Duración: 
135
Contenido formativo: 
Crítica: 

La protagonista, la joven Chris Guthri, hija de una familia de campesinos, es una estudiante brillante en la escuela, que aspira a ir a la universidad y llegar a ser profesora. Pero las circunstancias y los conflictos familiares tuercen sus proyectos. Cuando parece que ha conocido el amor y que, por fin, ha podido alcanzar la libertad de decisión sobre su propia vida, el horror de la guerra vuelve a condicionarle su destino.

La voz en off de Chris va conduciendo la narración, refiriéndose a ella misma en tercera persona, lo cual la convierte en espectadora de una historia de la que no es propiamente protagonista, en el sentido de ser quien toma la principal iniciativa en la acción, sino que es un mero figurante que actúa impelido por fuerzas superiores. Sin embargo, esas “fuerzas” no se identifican con la divinidad, a pesar de que el relato de Chris tiene tintes reverenciales cuasi religiosos, sino que se refieren exclusivamente a la naturaleza, a la madre tierra en la que se insertan las raíces que sostienen y dan la vida a quienes la habitan, porque sin la sabia nutricia el hombre muere irremisiblemente. Son bellísimas las imágenes sobre el paso del tiempo, con la sucesión de las estaciones, que transmiten una impresión del eterno retorno, en el que los ciclos de la vida se repiten. Pero mientras la tierra es perdurable, sigue siendo la misma a través del tiempo, las personas no sobreviven a los ritmos vitales, matrimonios, nacimientos y muertes.

La historia de Chris es profundamente triste. Quiso ser dueña de su existencia, hacer sus propias elecciones y escapar de la rueda de opresión y sufrimiento. Pero sólo la tierra es capaz de sobrevivir a la desolación, al horror de la guerra, a la crueldad y la locura del hombre. En ese entorno atávico y opresivo de una sociedad rural y patriarcal –representado por ese padre duro y obtuso de mente, que tiraniza a su esposa y a su hijo mayor–, Davies hace también alusión a las cuestiones sociales que agitaban Escocia en esa época, la llegada de las teorías socialistas, la piedad religiosa intolerante, la imposición de una lengua sobre otra. Sin embargo son simples pinceladas, no se detiene en la descripción de ninguna de ellas.

La película es muy hermosa visualmente, tanto el claroscuro de las imágenes de interior como la brillantez de los exteriores rodados en Escocia y Nueva Zelanda. Agyness Deyn está magnífica y es capaz por ella misma de iluminar un melodrama desasosegante. Pero a la historia le falta intensidad en los conflictos humanos y, en conjunto, no consigue atrapar al espectador, no logra convencer.