Año 2073. La tierra está superpoblada y hay escasez de alimentos. El gobierno del planeta decide instaurar una política de «un solo hijo por familia», aplicada con mano de hierro por un Departamento regido por la feroz Nicolette Cayman. En este futuro distópico siete hermanas gemelas viven escondidas en un apartamento con «doble fondo», al cuidado de su abuelo, que logró salvarlas a la muerte de su hija en el parto. Cada una ha recibido el nombre de uno de los siete días de la semana y sólo pueden salir a la calle el día de su nombre. Entre todas comparten una única identidad y deben simular la existencia de una sola persona: Karen Stettman (que era el nombre de su madre). El secreto permanece bien guardado durante varios años, pero todo el montaje salta por los aires el día que Lunes desaparece misteriosamente.

La película parece inspirada en un concepto de cuento futurista en torno al tradicionalmente número simbólico: el siete. El guion parece más bien un proyecto que una trama trabajada, con personajes -protagonistas y de reparto- más o menos interesantes. Es únicamente Noomi Rapace, en un personaje séptuple, quien lleva, ella sola, el peso de la película. Es cierto que está magnífica, pues es capaz de encarnar las siete figuras idénticas pero dándole a cada una un cierto carácter diferencial que nos permite empatizar con ellas. La gran Glenn Close, quien representa a la gran malvada de la historia, la ambiciosa Cayman, tiene un mero papel de reparto, si bien hay que reconocer que Close es capaz de hacerlo brillar con luz propia. En cuanto a Willem Dafoe, el ingenioso abuelo, asume un papel tan secundario que apenas si interviene en la historia, y queda tan desdibujado que no pasaría nada si no saliera.  

Tal vez fuera una buena propuesta para una serie de televisión, pero como película queda carente de profundidad en la historia planteada y en los personajes y cuanto sucede no resulta muy verosímil. Sin embargo es un buen film de entretenimiento, con un ritmo ágil, mucha acción, violencia, incluso algo gore, y hasta un pequeño espacio para el amor.

Si no se busca más que pasar un rato, es una buena propuesta.