Cine y Valores

Pussy Riot: Una plegaria punk

Título original: 
Pokazatelnyy protsess: Istoriya Pussy Riot
Puntuación: 
4

Average: 4 (1 vote)

Publico recomendado: 
Año: 
2013
Fotografía: 
Música: 
Distribuidora: 
Duración: 
88
Contenido formativo: 
Crítica: 

Documental sobre la reciente historia de Nadia, Masha y Katia, miembros del colectivo feminista de arte Pussy Riot. La película presenta una semblanza de las tres jóvenes que penetraron en la catedral de Cristo Salvador de Moscú y, durante cuarenta segundos, realizaron una plegaria punk irreverente, como protesta por lo que consideraban connivencia por parte de la Iglesia ortodoxa rusa con el régimen de Putin. Fueron arrestadas, juzgadas y, dos de ellas, condenadas a dos años de cárcel. La respuesta de protestas y manifestaciones trascendió las fronteras de Rusia, mientras el grupo Pussy Riot planeaba nuevas acciones para avivar el sentimiento de condena en todo el mundo. La movilización internacional ha sido espectacular, desde cantantes como Madonna hasta organizaciones como Amnistía Internacional.
El documental quiere ser objetivo, dejando hablar a personas ofendidas por lo que sintieron como una blasfemia, pero, en el fondo, queda claro que toma abiertamente partido por las tres activistas. La catedral de Cristo Salvador fue demolida por el régimen comunista y el solar fue ocupado por unas piscinas. Cualquiera que haya viajado a Rusia y haya tenido ocasión de oír la narración del hecho en boca de la gente de la calle sabrá que eso se vivió como uno de los más graves atropellos y atentados contra la libertad. A la caída del régimen, se volvió a edificar la catedral exactamente igual que la anterior. Una gran parte del dinero necesario se obtuvo por suscripción popular, porque el pueblo que había mantenido el sentimiento religioso, transmitido de madres a hijos en el hogar, deseaba recuperar esa parte de su historia religiosa. De súbito vieron como, de nuevo y utilizando los mismos medios de imposición, se profanaba su emblemático lugar sagrado. El documental deja ver la indignación de algunos, pero omite el dolor de muchos por la grave ofensa a sus creencias.
Aun situándose del lado del grupo Pussy Riot, en el film se ofrecen datos reveladores. Nadia, en un momento dado, afirma explícitamente que no quiere saber nada ni de diálogo ni de compromiso, sino que solo busca la revolución. Es decir, pretenden imponerse “por la fuerza”, que es exactamente lo mismo que se hace en la farsa del juicio. Unos y otros tienen exactamente la misma postura: conseguir por la violencia lo que no son capaces de alcanzar con la palabra. En definitiva, vencer sin convencer. Tan “bolchevique” el régimen opresor como las jóvenes revolucionarias.
El acto en la catedral fue un auténtico acto de vandalismo por cuanto era altamente ofensivo para los creyentes. Constituyó un atentado contra la libertad de las personas en algo tan profundo como el derecho a la libertad religiosa y todo lo que eso conlleva. Pero el hecho de que la respuesta por parte del gobierno ruso fuera excesiva ha conseguido casi convertir en héroes a quienes merecían asumir la responsabilidad de sus actos reprobables.
Por otra parte, en la película sobran las secuencias de sexo explícito de una performance llevada a cabo por miembros de Pussy Riot en el Museo de Historia Natural, que llegan a resultar nauseabundas, especialmente por el hecho de que algunas de las mujeres aparecen embarazadas. Aunque hay que reconocer que hasta eso tendrá su público.
En definitiva, un producto cinematográfico bien elaborado, pero prescindible.