LA FAMILIA

En una pequeña localidad de Calabria, en Italia, la familia Guerrasio y sus amigos se reúnen para celebrar el decimoctavo cumpleaños de la hija mayor de Claudio y Carmela. Es una fiesta gozosa y todos están disfrutando. Pero esa misma noche, desde una ventana de la casa, Chiara, la segunda hermana, de 16 años, ve espantada como ha explotado el coche de su padre y es también testigo de como este huye. Al día siguiente, todo es silencio, nadie da razón de dónde puede estar el desaparecido Claudio.

Chiara no es persona que se conforme con verdades a medias ni con leyes de silencio, así que empieza a investigar por su cuenta, sin darse cuenta que se está metiendo en el terreno peligrosísimo de temible mafia calabresa, la 'Ndrangheta. Está tomando conciencia de algo que su hermana mayor ya conocía y había aceptado, como el resto de su familia. “Algunos lo llaman mafia. Nosotros decimos supervivencia”, se dice en la película. 

Jonas Carpignano no justifica la mafia, sencillamente la muestra por dentro, en las personas que se dedican a eso como quien tiene un negocio de cualquier tipo. Es una ausencia total de principios éticos, que contrasta con las costumbres en las relaciones familiares. El personaje de Claudio, el padre, no es el tipo de “mafioso” que cabría esperar. Es un hombre tímido, incapaz de pronunciar ni un pequeño discurso en la fiesta de cumpleaños de su hija; ama a su familia y quiere darles lo mejor a cualquier precio.

El trabajo actoral es muy correcto en general, pero merecen ser destacadas las actuaciones de los dos personajes centrales: Swamy Rotolo en el papel de Chiara y Claudio Rotolo como su padre, dentro y fuera de la pantalla. La película está bien hecha, y es muy original en el sentido de que todo se ve a través de los ojos todavía limpios de Chiara, dividida entre un sentido ético natural y la amoralidad que ve en su padre, al que adora. Está descubriendo un mundo sucio, pero muy rentable.

Es una película recomendable, aunque deja un sabor amargo en el espectador, porque se lleva la impresión de que no es pura ficción, sino que acaba de ser