Y EL BIEN CONSIGUIÓ VENCER AL MAL

Los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro acaban de terminar. El control policial sobre las favelas es máximo, pero en lo más más alto de la pendiente, allí donde es tan difícil llegar, el matonismo sigue imperando. Jaca, que había sido “jefe” en una de las zonas de las favelas, acaba de salir de la cárcel después de 14 años de condena por tráfico de drogas. Nelson, a quien él mismo había nombrado su sucesor, se ha convertido en un déspota cruel y desequilibrado, un auténtico mafioso. El retorno de Jaca supone una esperanza para los que viven atemorizados y muchos intentan convencerlo de que vuelva a asumir el papel de cabecilla. Pero Jaca ha aprendido que la violencia solo engendra violencia y lo único que quiere es montar una pizzeria para ganarse la vida honradamente, sacar a su hermano del mundo del consumo y tráfico de droga y ofrecerle a su madre una vejez tranquila. En el centro de sus vidas está Tati, una adolescente viva y bondadosa, hija de una mujer de costumbres licenciosas y de Jaca, aunque ésta no es una cuestión tan clara.

El argumento, en el sentido de observación de las favelas no es original, pero la trama concreta del microcosmos de Tati está muy bien llevado. La niña vive en el filo de la navaja, en ese ambiente de matonismo, pobreza, delincuencia, tráfico de drogas…  La acción va avanzando desde dos puntos de vista distintos, el de Tati y el de Jaca.

A su regreso, Jaca se ve obligado a enfrentarse a todo tipo de presiones y violencia, pero él mismo ya no quiere usar la fuerza. No cree en la ley del más fuerte sino en la justicia. Se ha regenerado totalmente. No responde al mal con venganza, sino que busca la erradicación de los abusos y la brutalidad y del tráfico de drogas. Lucha por medios pacíficos por unas favelas en paz y orden. Ahora, aunque no es el jefe, cuando acuden a él para pedir ayuda y consejo, da algunas orientaciones para solucionar conflictos llenas de sensatez, con un sentido ético muy fino y ponderado.

La película está bien ejecutada, con algunos vídeos incrustados, como la persecución policial, aunque en algún momento el ritmo parece desequilibrarse un poco y el pulso narrativo se altera ligeramente. Así, para mostrar distintos momentos y aspectos de la vida en esa zona tan deprimida, la trama se dispersa un poco en acciones paralelas, si bien sin llegar a perder del todo el hilo argumental.

Es una película dura, pero llena de valores humanos, como la familia, que Jaca protege con tanta generosidad. La historia es creíble, tiene calidez humana y el espectador empatiza fácilmente con Tati y con Jaca. El mismo título, Pacificado, ya condensa en una sola palabra por donde va la trama. Pero el mensaje final de la historia, encarnada en Jaca, es que al mal se le vence con el bien.

Muy recomendable   

Pacificado, cuya fecha de estreno en España no se conoce todavía, ha sido la gran triunfadora en el Festival de Cine de San Sebastián 2019, con:

CONCHA DE ORO A LA MEJOR PELÍCULA

CONCHA DE PLATA AL MEJOR ACTOR – Bukassa Kabengele

PREMIO DEL JURADO A LA MEJOR FOTOGRAFÍA – Laura Merians