DE NIÑA A MUJER
Primera escena del film: Un primer plano de Paula, de 14 años, escondida en la penumbra, mientras oímos en off las voces de sus padres que discuten. La forma fría en que se hablan nos hace pensar que no forman una pareja unida, seguramente están separados. La madre quiere enviar a Paula a pasar el verano a Ojos Negros, un pequeño pueblo de Teruel, en la comarca del Jiloca, del que ella procede y donde viven su madre y su hermana mayor. El padre no está de acuerdo, y por sus palabras nos enteramos que su mujer nunca se ha preocupado de su anciana madre y apenas si ha tenido relación con su familia. Paula casi no conoce a su tía y a su abuela, por lo cual no tiene sentido que la manden al pueblo. Las lágrimas que resbalan silenciosas por las mejillas de Paula nos hacen intuir que está bebiendo la amargura de sentirse un estorbo al que se quieren quitar de encima una temporada.
La abuela, mayor y enferma, está muy feliz de ver a su nieta, pero la tía no se molesta en disimular que está muy resentida con la hermana y no le tiene ningún cariño especial a su sobrina. El ambiente en la casa es opresivo para Paula, pero pronto entabla amistad con Alicia, otra niña de su edad, que también pasa el verano en el pueblo con su familia, y juntas van a compartir juegos, bromas y correrías.
La estancia en ese pequeño pueblo se convierte en un verano iniciático para Paula. Sin embargo, no es tanto porque lo que sucede en su entorno y lo que descubre en su familia provoquen un aprendizaje y un giro en su vida, sino sencillamente porque coincide con la edad del paso de la niñez a la juventud. Hay una referencia a la primera menstruación, aunque muy de paso y sin que provoque ninguna alteración. Es solo un indicativo de que de la niña acaba de surgir la mujer.
Paula es muy correcta, tímida y parca en palabras; y todo indica que es más bien solitaria y que ha vivido hasta ahora muy pegada a la sombra de su madre. Ahora, parece que se está abriendo, se adapta sin esfuerzo a la vida en el campo, trata con afecto a su abuela y tiene curiosidad por conocer los orígenes de su madre. La ocasión propicia también que, seguramente por primera vez, conozca el compañerismo y la amistad. Con Julia vivirá momentos felices, pero, como es lógico en una etapa cambiante, la relación no va a perdurar.
Cuando el verano toca a su fin, se puede decir que Paula “se ha hecho mayor” de forma natural, ha madurado fisiológica y anímicamente. La causa: algo bien natural, ha entrado en la pubertad, coincidiendo con su estancia en Ojos Negros. La película ha captado ese corto y decisivo tiempo de su vida, ese momento de inseguridades en que uno no sabe bien quién es ni qué se espera de él, cuando la niñez va desapareciendo y urge pertrecharse, casi a tientas, para la vida adulta.
Es una historia delicada, intimista, en la que no hacen falta palabras para entender los sentimientos de Paula, admirablemente interpretada por Julia Lallana, hermana pequeña de Marta en la vida real. Las dos jóvenes directoras Marta Lallana, Ivet Castelo debutan con un film realmente hermoso, bien planteado y bien elaborado. Como Paula, Ojos Negros es un film “adolescente”, sencillo en su pureza y hermoso en su ingenuidad.
Además de obtener el premio del Festival de Málaga, 'Ojos Negros', producida por Nanouk Films y distribuida en cines por Filmin, se ha proyectado en el Festival Cinema d'Autor de Barcelona y en la sección oficial internacional del Festival de Cine de Autor de Buenos Aires, donde ha cosechado una gran acogida del público y de la crítica. Un éxito bien merecido.