EDUCACIÓN PARA LA LIBERTAD
Si no fuera porque sabemos que ya han salido varias promociones de egresados, podríamos pensar que la Universidad Nopoki es una fantasía irrealizable. Y sin embargo ahí está, ocupando 205 hectáreas en plena Amazonía, sin grandes instalaciones -los «comedores», la capilla, los dormitorios… más recuerdan las misiones sin apenas recursos, que un campus universitario-, con un elevado número de alumnos matriculados, ninguno de los cuales paga absolutamente nada y a los que lo único que se les exige es «voluntad de trabajo y de crecer». Ocupándose de los cultivos y de los animales del corral es cómo contribuyen a su manutención.
En la película no hay voz en una voz off omnisciente, como cabría esperar en un documental, sino que tiene toda la frescura de las declaraciones directas de personas involucradas en el proyecto. El film está perfectamente estructurado, con mucha inteligencia para que la atención del espectador vaya creciendo en interés. Al inicio asistimos a cómo se gestó el proyecto de crear esa Universidad, quiénes fueron sus impulsores -liderados por Monseñor Gerardo Zerdin, misionero franciscano de nacionalidad croata y obispo del vicariato de San Ramón en la selva central peruana-, cuáles sus motivaciones y cómo consiguieron llevar a cabo el milagro de ponerla en marcha. La educación era una urgencia para los indígenas, «instruirles era darles vida», abrirles todo un mundo de posibilidades para desarrollarse y hasta para saber «defenderse de engaños y atropellos», y así, más tarde, regresar a sus comunidades para poder contribuir a su fortalecimiento, a salir de la pobreza y ayudarlas a crecer.
El documental nos muestra la realidad de Nopoki como el triunfo del compromiso por la educación y la libertad. Allí, nos explican, la mayoría llegan con un déficit de formación extraordinario, hay que empezar desde abajo, pero para eso están los profesores (¡Maravillosa lección de compromiso!). Hay un acompañamiento personalizado durante los cinco años que están en la Universidad, no sólo para formarlos en las distintas ramas del saber, sino sobre todo para cuidar de su desarrollo personal, para orientarlos y apoyarlos de modo que sean capaces de decidir por ellos mismos el rumbo de su futuro sin que nadie los manipule.
Inmaculada Hoces hace un trabajo impecable con la cámara, nos ofrece imágenes bellísimas del corazón de la selva, pero lo más destacable es cómo nos acerca a los personajes y nos los hace entrañables, cómo consigue que empaticemos con ellos, que vibremos con su gran aventura del saber.
La película concluye con el sano orgullo de los resultados obtenidos hasta el momento y con una mirada esperanzada hacia el futuro. Sin esa formación, reconocen ellos mismos, «en unos años, iban a desaparecer las comunidades». Realmente «Nopoki es la solución a los problemas de la Amazonía». En su discurso en el encuentro con los pueblos de la Amazonía, en Puerto Maldonado (Perú) el 19 de enero de 2018 (Minuto 57:00-57:55), el Papa Francisco felicitó expresamente «las iniciativas que desde la Iglesia Amazónica peruana se llevan a cabo para la promoción de los pueblos originarios», e hizo directamente referencia a «novedosos e importantes espacios universitarios interculturales como el NOPOKI, dirigidos expresamente a la formación de los jóvenes de las diversas etnias de nuestra Amazonia».
Es una delicia de película, que rezuma fe en el hombre, esponja el alma, y da mucho que pensar. Muy recomendable, para todos, pero especialmente para nuestras Facultades de Educación.