IRAK EN UN BARRIO LONDINENSE
En el café “Abu Nawas”, en el centro de Londres, se dan cita algunos exiliados iraquíes que huyeron del régimen de Saddam, para compartir su anhelo de libertad mientras dejan aflorar sus ganas de vivir y su amor por la cultura de su país. No lejos de allí, una mezquita en la que un imán salafista maneja peligrosamente a los jóvenes será pronto el foco de graves conflictos.
Es una película coral, en la que se van desarrollando las historias de los diversos personajes. Taufiq Jasim, un poeta que huyó de sus país tras ser torturado y que ahora trabaja como guardia de noche; Amal, una joven arquitecta con un pasado doloroso y un presente incierto; Ahmed Kamal, personaje oscuro y peligroso; Nasseer, sobrino de Taufiq, arrastrado al fundamentalismo más extremista por el imán, entre muchos otros, cuyas trayectorias se van entrecruzando, dando lugar a una red de personajes densa y complicada, en la que hay comunistas, homosexuales, ateos, musulmanes fundamentalistas…
Samir, guionista y director, muestra lo difícil que puede resultar dejar atrás costumbres y prejuicios. Así vemos cómo Amal inicia una relación con un británico, pero su pasado la persigue, en forma de un hombre malvado y en forma de su propio interior que no es capaz de liberarse. Es una película interesante pero desigual, que no llega a mantener el ritmo en el entrecruzamiento de tantas subtramas. Pero es un valiente alegato contra todo tipo de represión y, sobre todo, es un canto de amor dolorido a la cultura iraquí.