Lee Gates es una figura televisiva responsable de un popular programa de economía en el que da consejos para obtener grandes beneficios aprovechando las oscilaciones de la bolsa. Es un hombre arrogante, goza de dinero y fama y, aunque no es propiamente feliz, está satisfecho con su situación.
Pero un valor tecnológico de la empresa Ibis Clear Capital, por él recomendado, se desploma misteriosamente produciendo una pérdida de 800 millones de dólares, lo cual supone un tremendo perjuicio para un gran número de pequeños inversores. Kyle Budwell, un desesperado joven, que ha visto como su pequeño capital se esfumaba por haber seguido las recomendaciones del programa, consigue colarse en el plató y, pistola en mano, toma como rehenes en directo a Gates, a su equipo y a su productora estrella Patty Fenn. Obliga a Gates a vestir un chaleco lleno de explosivos y amenaza con hacerlo explotar si no se cumplen sus exigencias. Mientras la policía se prepara para intervenir, Patty Fenn, la productora sigue comunicándose con él a través del pinganillo e intenta desesperadamente controlar la situación para evitar la masacre.
La película tiene todos los ingredientes de un thriller, que Jodie Foster maneja magistralmente, imprimiéndoles un ritmo intenso, en una carrera contra reloj, con nuevas informaciones y saltos permanentes en la acción que acentúan el suspense. Los actores están todos magníficos. Georges Clooney y Julia Roberts están soberbios en sus respectivos personajes. El joven Jack O'Connell encarna con realismo a su iracundo Kyle Budwell, al que hace creíble a pesar de su inestabilidad emocional. También Caitriona Balfe, Dominic West y el resto del elenco están a la altura.
Sin embargo, lo más destacable de la película es el excelente guión, que no se limita a narrar una historia inquietante que atrapa desde el principio, sino que constituye un dramático reflejo de la sociedad actual, cegada por la ambición de beneficios rápidos pero incapaz de prever los riesgos que encierran; una sociedad que sólo escucha lo que le interesa oír, porque halaga sus pasiones más primarias, pero que luego se indigna y se desespera, cuando comprueba que ha sido víctima de unos desalmados que se han aprovechado de la ceguera de su codicia. La película es también un ataque en toda regla a quienes se presentan cínicamente como “bien informados”, capaces de analizar sabiamente la situación social, política o económica en beneficio de los ciudadanos, pero que en realidad utilizan cínicamente los medios de comunicación para influir y ejercer dominio sobre la gente en beneficio propio.
“Money monster” no es ni pretende ser un film “intelectual”, es un thriller de entretenimiento, pero que nos incita a una justa reflexión sobre los límites y la oposición entre ética y legalidad y que, al final, nos lleva a la conclusión de que el drama de nuestro tiempo es la primacía del materialismo en detrimento de la persona y de las relaciones humanas valiosas. Totalmente recomendable ver la película y aplicarse la lección a la propia vida.
Money Monster
Título original:
Money Monster
Puntuación:
(1 vote)
Publico recomendado:
País:
Año:
2016
Dirección:
Guión:
Fotografía:
Música:
Intérpretes:
Distribuidora:
Duración:
98
Valores:
Contenido formativo:
Crítica: