Cine y Valores

Mi "perfecta" hermana

Título original: 
Min lilla syster
Género: 
Puntuación: 
6

Average: 6 (1 vote)

Publico recomendado: 
País: 
Año: 
2015
Dirección: 
Guión: 
Fotografía: 
Distribuidora: 
Duración: 
95
Contenido formativo: 
Crítica: 

Stella es una preadolescente algo gordita y más bien patosa, que admira a Katja, su hermana, un poco mayor que ella, hermosa y brillante patinadora. La pequeña sueña en ser como Katja y triunfar también patinando. Su vida discurre plácidamente, con las discusiones típicas entre hermanas y las inquietudes propias de sus once años. Hasta que un día descubre que algo va mal con Katja, a la que ha visto provocarse vómitos. Poco a poco va a ir descifrando los signos de la enfermedad que sólo ella ve. Pero Katja la chantajea para que no diga nada a sus padres y la pobre Stella se encuentra en una encrucijada sin saber qué hacer.
Sanna Lenken que sufrió ella misma anorexia, nos presenta, con humor y sensibilidad, la problemática de una adolescencia completamente obsesionada con el cuerpo, a través del personaje de Katja, visto con los ojos de su hermana de once años.
La directora no ha pretendido hacer una película testimonial, no da explicaciones sobre la anorexia ni ofrece claves sobre cómo afrontar la situación. Sencillamente muestra el bloqueo de la persona que produce la anorexia, que se hace incapaz de mantener las relaciones con los demás y de aceptar las manos que se le tienden: a cuanto más Stella se hace cargo de la situación y llena de amor se acerca a su hermana, más Katja se aleja de ella.
La pequeña no tiene más remedio que abandonar su cómodo puesto de imitar en todo a su hermana, de vivir a su sombra, para asumir con madurez su propia realidad, su propia autonomía y tomar las iniciativas necesarias para intentar salvar a su hermana. El cambio de actitud y de estatus queda simbolizado en la liberación del escarabajo que guardaba tan celosamente en el bote de cristal.
Los adultos –los padres y el entrenador– apenas si tienen presencia. De hecho, los padres de Katia y Stella no saben bien cómo reaccionar ni cómo actuar. La historia se desarrolla casi exclusivamente en el microcosmos de las niñas. Lenken ha sufrido en ella misma el dolor de esa enfermedad y, por tanto, conoce bien el abismo de soledad en que sume a quien la padece.
Las dos jóvenes actrices están magníficas y sacan adelante una película densa que, aunque Lenken la aligera salpicándola de algunos golpes de humor, deja un sabor amargo por una situación muy difícil de afrontar en la vida real.