Cine y Valores

Me llamo Gennet

Título original: 
Me llamo Gennet
Puntuación: 
8

Average: 8 (1 vote)

Publico recomendado: 
País: 
Año: 
2018
Fotografía: 
Música: 
Distribuidora: 
Duración: 
90
Contenido formativo: 
Crítica: 

SOLO EL AMOR

Gennet Corcuera nació en 1984, en una Etiopía azotada por una terrible hambruna. Sorda y ciega desde muy pequeña a causa de una infección, carece, además, de olfato. Con solo dos años, su padre se vio obligado a dejarla en un orfanato, porque la familia, pobrísima, no podía hacerse cargo de la niña. Pero en su vida sin horizontes, se cruzó Carmen Corcuera, una mujer excepcional, suegra del embajador de España en Adís Abeba, que decidió adoptarla. No era una empresa fácil, ni por los trámites burocráticos ni por lo que suponía hacerse cargo del cuidado y la educación de una niña con tan graves limitaciones.

Carmen, apoyada en todo momento por un sacerdote misionero, el padre Juan, tuvo que permanecer dos años en Etiopía, mientras conseguía tener todos los papeles en regla. Fue un tiempo que aprovechó para establecer vínculos afectivos con Gennet, al tiempo que trabajaba como voluntaria con las religiosas que habían acogido a la niña.

Ya en España, la pequeña etíope empezó a ir a un colegio de educación especial de la ONCE. Era solo el primer capítulo de una historia de solidaridad y superación, pero, sobre todo, una conmovedora historia de amor de madre de una mujer capaz de una generosidad sin límites y una niña desvalida, que no podía corresponder a lo que le daban, pero sí a cómo la amaban.

Hoy, Gennet Corcuera es una mujer de 38 años, que vive sola, de forma independiente y trabaja como educadora en un centro especializado en niños sordociegos. Le cabe el honor de ser la primera mujer sordociega europea que haya conseguido un título universitario. Seguramente, gracias a su trabajo como profesora y a su ejemplo de esfuerzo y tenacidad, otras personas con sus mismas características logren integrarse en la vida activa de forma autónoma.

La película, interesantísima, sigue con fidelidad la historia de Gennet, si bien hay actrices profesionales que asumen el papel de Carmen, la madre y de Pilar, la educadora que, en España, estuvo más cercana al proceso de adaptación de la niña.  Miriam Díaz Aroca y Ángela Molina hacen un trabajo magnífico metiéndose en la piel y en el alma de esos personajes entrañables. Gennet hace de sí misma a partir de la juventud. Pero su infancia es interpretada por cuatro niñas etíopes, que le dan realismo y espontaneidad. Miguel Molina tiene un breve papel de profesor en España, y su presencia en la pantalla sabe a poco, deja con ganas de más. El padre Juan es encarnado por el mismo Miguel Ángel Tobías y, para el padre de Gennet, se ha buscado a un lugareño etíope. Además de contar con un reparto tan acertado, la película es técnicamente muy buena, está muy bien rodada, con una fotografía realmente hermosa.

Es muy oportuno dar a conocer las cifras estremecedoras de una discapacidad tan poco conocida. Solo en España, existen 100.000 personas sordociegas. Es un colectivo con grandes necesidades de recursos para poder integrarse y progresar. La película destina el 10% de la recaudación a la Asociación de Sordociegos de España. Es un rasgo digno de encomio que ojalá sirva de estímulo y ejemplo.

Hay que decir que la película es conmovedora, pero no angustiosa. Provoca ternura pero no tristeza. Es muy agradable de ver y el espectador sale del cine con el corazón esponjado y con la paz de comprobar cómo la bondad y el amor son el cauce y el medio para salvar al ser humano. El film deja el buen sabor de la fe en el hombre.