Fabián Brando y Florencia Córmik se conocen en un rodaje. Fabián, el más famoso actor del país, es egocéntrico, fatuo y engreído. Florencia, totalmente desconocida en el mundo del cine, es una actriz mediocre, pero es la novia de José Leika, el director, y éste quiere promocionarla. Entre ambos surge de inmediato una gran atracción, aunque la cercanía del novio condiciona su posible relación. Hasta que, en una escena, el rodaje se queda atascado por la torpeza de Florencia. José pierde los nervios y la insulta a gritos. Fabián la defiende y la ayuda a sobreponerse y continuar con el trabajo. Ella se queda totalmente prendada de ese hombre, que se ha comportado como un perfecto caballero. También Fabián se ha enamorado perdidamente de su partenaire en el plató.

Sin apenas concederse un tiempo de noviazgo para conocerse mejor, se casan e inician su vida en común. Pero Florencia no tarda en advertir que se equivocó y que se ha casado con un estúpido rematado. Desesperada les confiesa a sus amigos que, en realidad, se había enamorado del atractivo personaje de la obra que estaban filmando mientras que su marido, la persona real, es un «boludo» insoportable. Fabián lo oye sin ser visto y decide llevar a cabo un insólito plan para recuperar el amor de su mujer.

Adrián Suar y Valeria Bertuccelli hacen gala de grandes dotes de comediantes y nos ofrecen unos personajes graciosos pero entrañables, con los que es muy fácil empatizar. Algunos diálogos son ocurrentes y abundan los gags cómicos hasta la carcajada. Un rasgo interesante del film es la inclusión del cine dentro del cine, que permite recrearse en diversas facetas de los personajes y del entorno cinematográfico. En algún momento a Taratuto se le va un poco la mano, como con la escena en el gabinete del psiquiatra, que parece ajena al desarrollo de la trama e, incluso, al estilo, con las referencias escatológicas, que no encajan en una historia narrada con delicadeza. Pero en conjunto la película es una comedia romántica, limpia y divertida. Una obra de entretenimiento sin más pretensiones, que permite pasar un buen rato. Que no es poco.