LECTURA FEMINISTA DE LOS EVANGELIOS
Generalmente, las películas sobre Jesús de Nazaret ponen al mismo Jesús en el centro de la historia, pero en esta ocasión la narración tiene como protagonista a María Magdalena. Afortunadamente, el film no tiene ninguna pretensión teológica o histórica, como cabría temer, pero sí de idología de género. Helen Edmundson, Philippa Goslett, autoras del guion, tienen una trayectoria en la línea del feminismo, y para su trabajo se han basado en textos gnósticos, como los evangelios apócrifos de Tomás o el de María Magdalena.
El personaje protagonista aparece como una líder feminista, reivindicando la igualdad de sexos, primero frente a su familia, autoritaria y patriarcal, y después entre el grupo de los apóstoles, todos, por supuesto, menos inteligentes y decididos que ella. María Magdalena es auténticamente la confidente y la mano derecha de Jesús. Hasta el punto que la vemos en la Última Cena sentada a la derecha del Señor. Confía tanto en ella que le encarga que no permita que «ellos lo paren», haciendo referencia a la llegada del Reino de Dios. Es decir, Jesús la considera la primera entre los apóstoles, por delante de Pedro, que queda desplazado al segundo lugar.
Algo, muy poco, se salva en la película y es que, a pesar de la influencia gnóstica, en ningún momento se pretende obviar la dimensión divina de Jesús, ni hay ninguna alusión a una relación ambigua entre Jesús y María Magdalena. El trabajo actoral es notable -aunque el parecido de Joaquin Phoenix con el hombre de la Sábana Santa es francamente mejorable-, la ambientación es buena y la música aceptable. Sin embargo el final de la historia es demoledor. Unos larguísimos minutos de discurso cargado de ideología de género y de vaya usted a saber qué son el último remate de dos horas de aburrimiento soporífero.
Una recomendación: no pierdan el tiempo.