Cine y Valores

Los recuerdos

Título original: 
Les souvenirs
Género: 
Puntuación: 
6

Average: 6 (1 vote)

Publico recomendado: 
País: 
Año: 
2014
Dirección: 
Fotografía: 
Música: 
Distribuidora: 
Duración: 
92
Contenido formativo: 
Crítica: 

Argumento: David Foenkinos (novela)
Madeleine, una anciana a punto de cumplir 85 años, acaba de enviudar. Pocos días después, sola en su casa, sufre una caída y hay que llevarla al hospital. Afortunadamente no ha sido nada grave, pero su hijo Michel, de acuerdo con sus hermanos, piensa que no es prudente que viva sola y la lleva a una residencia de ancianos. Romain, su nieto de 23 años, la visita con mucha frecuencia. Adora a su abuela, quien a su vez tiene debilidad por él. Pocos días, la responsable de la residencia, totalmente atribulada, comunica a Michel que Madeleine ha desaparecido. Éste se queda totalmente bloqueado temiéndose lo peor. Pero Romain, que la conoce como nadie, sale en su busca seguro de que la encontrará siguiendo la pista de sus recuerdos.
El guion y los diálogos están muy bien construidos, con una estructura y un ritmo perfectamente medidos: la película empieza en un cementerio, con una oración por un difunto y el abrazo de una persona que llega tarde porque se había confundido de camposanto, y termina también ante un féretro, con una sabia reflexión del sacerdote sobre la fecundidad del amor entendido como donación generosa, que constituye la síntesis de toda la historia, y el abrazo de otro personaje que se ha retrasado.
Los personajes están bien descritos y el elenco está magnífico. Mathieu Spinosi está excepcional encarnando al joven Romain, soñador y bondadoso, que al final resulta más maduro que sus propios padres. Annie Cordy está genial como la abuela Madeleine y nos hace creíble su conexión especial con el nieto. Michel Blanc nos acerca a su personaje, buena persona pero que parece haberse dormido y, sin darse cuenta, ha perdido el control de su vida y de su matrimonio, que está a punto de naufragar. A pesar de su sosería y su falta de creatividad, adora a su esposa, bien encarnada por Chantal Lauby. También están muy bien logrados los secundarios, incluso aquellos que tienen papeles muy breves.
Jean-Paul Rouve nos ofrece una conmovedora historia, dulcemente triste, que combina la risa con la emoción y que constituye una reflexión sobre la fecundidad del amor como donación de sí mismo, y del sentido de la vida como un entramado de relaciones afectivas de compromiso y colaboración. El pintor que necesita que alguien lo mire para recobrar las ganas de trabajar y vivir, el cobrador de la gasolinera que se convierte en consejero sentimental, Michel y su esposa que necesitan un pequeño empujón para recordar que se siguen amando…
El término que da título al film, “recuerdos”, hace referencia a que el pasado, bien integrado, nutre el presente para iluminarlo, que cada generación es deudora de la anterior, y que escucharnos, comprendernos, amarnos unos a otros nos permite a todos avanzar por el camino acertado.
Una película que nos provoca emociones, risas y alguna lágrima, y nos hace pasar un hermoso momento de cine. Nos habla con naturalidad del amor de Dios y nos deja el buen regusto de los valores que llenan la vida de sentido. Muy buena película que conviene no perderse.