En la aldea de los Pitufos, cada uno tiene un rol que desempeñar: Papá Pitufo es el encargado de dirigir y velar por todos, Pitufo Vanidoso se dedica a mirarse al espejo, Pitufo Panadero hace pan y pasteles, Pitufo Cotilla espía a los demás, Pitufo Gruñón gruñe constantemente, Pitufo Torpe no deja de meter la pata, Pitufo Filósofo estudia y es un sabio, y así todos los habitantes del poblado, excepto Pitufina, que no sabe cuál es su misión. En realidad a Pitufina la creó el malvado Gargamel, el gran enemigo de los Pitufos, con la intención de infiltrarla en la aldea para sembrar el mal, pero Papá Pitufo contrarrestó el maleficio y Pitufina es toda bondad como corresponde a un Pitufo, que siempre debe hacer el bien y nunca pueden inclinarse al mal.

Con la intención de averiguar cuál es su rol en la vida y en la aldea, Pitufina se escapa sola, aunque pronto se unen a ella los inseparables Pitufos Filósofo, Fortachón y Torpe. Juntos emprenden una emocionante aventura por el Bosque Prohibido, perseguidos de cerca por el temible Gargamel. En su periplo, deben enfrentarse a mil peligros, conocen a sorprendentes criaturas y llegan, incluso, a descubrir uno de los mayores secretos de la estirpe de los Pitufos, una desconocida aldea pitufa.

El núcleo de la historia es la búsqueda de la identidad, con una cierta discreta reivindicación de la presencia de la mujer. Pero lo más importante es que no se pierde lo que constituye el mayor valor de los Pitufos, que es su código ético: siempre deben ser buenos y responder al mal con el bien.

Esta nueva entrega de la saga, dirigida en esta ocasión por Kelly Abury, está completamente hecha en animación por ordenador, a diferencia de las anteriores, Los pitufos, estrenada en 2011, y Los pitufos 2, de 2013, en las que el realizador Raja Gosnell mezclaba actores reales con personajes recreados digitalmente.

Tiene el planteamiento de un cuento infantil sano y divertido: los malos malísimos, el mago Gargamel, su gato Azrael y la perversa águila, no consiguen nunca sus propósitos y siempre acaban quedando en ridículo, mientras que los buenos, Pitufos, Pitufas y sus amigos del bosque, aunque corren serios peligros, que logran mantener la tensión del espectador, consiguen salir sanos, salvos y vencedores de todas las situaciones peligrosas.

Una película trepidante y divertida, con imágenes refulgentes, que transmite el valor de la bondad y la amistad, y hará las delicias de los niños.