Cine y Valores

Los Miserables

Título original: 
Les misérables
Puntuación: 
8

Average: 8 (1 vote)

Publico recomendado: 
Año: 
2012
Dirección: 
Fotografía: 
Distribuidora: 
Duración: 
157
Contenido formativo: 
Crítica: 

Argumento: Herbert Kretzmer, Claude-Michel Schönberg (sobre la novela de Victor Hugo, Les Misérables).
Francia, principios del siglo XIX. Jean Valjean (“prisionero 24601”) sale de la cárcel tras casi 20 años de condena por robar un pedazo de pan para alimentar a un niño enfermo y por varios intentos de fuga. Javert, el alcaide de la prisión, le entrega el documento de libertad condicional, en el que se le califica de “muy peligroso”. Por tal razón no puede encontrar ningún trabajo y se ve empujado a robar para poder sobrevivir. Su encuentro con el Obispo Myriel va a ser la ocasión de dar un vuelco a su existencia. Después de haber sido acogido generosamente en su casa, de madrugada huye llevándose la cubertería de plata. Pronto es detenido por la policía, pero el obispo hace que lo liberen dando a entender que fue él quien le regaló esos objetos, para que los vendiera y pudiera empezar una nueva vida. Valjean decide entonces ser cambiar radicalmente, incumple la libertad provisional, adquiere el nombre de M. Madeleine y llega a ser una persona acomodada y honorable, dueña de una importante fábrica y alcalde de la ciudad. Es un hombre bueno que practica la justicia y se esfuerza por el bien de sus conciudadanos. Pero Javert, convertido en jefe de policía, sigue buscando la pista del prófugo Jean Valjean y éste se ve obligado a seguir huyendo.
Valjean asiste a la “miserable” Fantine en el momento de su muerte y empeña su palabra de que cuidará de su hijita Cosette. Y a partir de entonces, empieza otra vida para él, protegiendo a la que considera su hija y sorteando constantemente el acoso de Javert.
El film deja traslucir los temas de fondo de la novela, en cuanto a ideas políticas y religiosas. Los “miserables” personajes que aparecen en la obra son víctimas de una organización social que es la responsable de todos los males que aquejan a la humanidad. Urgen, por tanto, serias reformas que sólo la revolución puede llevar a cabo. Si en la novela, tales reformas ya no pasan de grandes principios generales, en la película no se hace prácticamente ninguna alusión a ellas. Sin embargo, toda la historia de Jean Valjean se desarrolla con el telón de fondo de los tiempos convulsos de rebelión contra el poder tiránico y la injusticia social que se vivían en Francia, en una época marcada por el hambre, la “miseria”, degradación personal y muerte de los más desfavorecidos, y que culminaron en París en junio de 1832. En unas escenas, bellísimas y sobrecogedoras, se presenta el levantamiento de un puñado de héroes del pueblo dispuestos a dar la vida por sus ideales, que concluye en una cruel matanza. Es uno de los momentos de mayor tensión dramática de la película, que, a pesar de estar totalmente cantado, es capaz de mantener un contenido tono épico, subrayando la grandeza humana de la lucha por la justicia y la libertad.
El profundo sentimiento religioso de Hugo, reflejado especialmente en la espléndida figura del obispo Myriel, se mantiene en la obra cinematográfica, aunque sin la riqueza de matices ni la profundidad humana del original. En el libro, el encuentro entre Jean Valjean y Mons. Myriel abarca once capítulos, que constituyen una joya de la literatura universal. La actitud benevolente del obispo se sintetiza en la frase “Jean Valjean, hermano mío, ya no pertenecéis al mal, sino al bien. Yo compro vuestra alma; la libro de las negras ideas y del espíritu de perdición y la consagro a Dios”. Y, finalmente, tras otro abominable delito, se produce la conversión del antiguo preso, quien, llorando amargamente, de rodillas, “Contempló su vida y le pareció horrible; su alma, y le pareció horrible. Sin embargo, había una suave luz sobre esa vida y esa alma. Le parecía que veía a Satán a la luz del paraíso”. A pesar de todo, la fe no deja de ser una constante a lo largo de toda la película.
Los amantes de Victor Hugo, echarán también de menos la hondura personal de los personajes. Ciertamente aparece, por ejemplo, el contraste entre el convertido Valjean y Javert, que no cree en la posibilidad de redención ni en el valor del perdón, pero se queda en la línea argumental, sin ahondar en el drama interno de cada uno de ellos.
Sin embargo, el trabajo de los actores es magnífico y el riesgo de haber grabado las canciones en directo ha resultado todo un acierto, pues le da realismo y emotividad al film. Quizá pueda achacársele una cierta sobreactuación del matrimonio Thénardier en la escena de la boda, que acaba resultando extemporánea y grotesca, pero no llega a desmerecer la calidad del conjunto. Por otra parte, algunos escenarios, como la barricada en París o el muelle sacudido por la tormenta, resultan deslumbrantes y otros, como el barrio de las prostitutas, sencillamente espeluznantes.
Los entusiastas de los musicales disfrutarán de un espectáculo memorable, con momentos sublimes, como los pasajes corales, en los que confluyen varios temas musicales, y en el que las historias de amor, amistad, entrega y redención se expresan en desgarradoras canciones. Un espectáculo digno de ver.
Mª Ángeles Almacellas