Cine y Valores

LOS JÓVENES AMANTES

Título original: 
Les jeunes amants
Género: 
Puntuación: 
7

Average: 7 (1 vote)

Publico recomendado: 
País: 
Año: 
2021
Dirección: 
Fotografía: 
Música: 
Distribuidora: 
Duración: 
112
Contenido formativo: 
Crítica: 

¿SOLO RESPIRAR EL MISMO AIRE?

Pierre, un joven médico del hospital de Lyon, intentando encontrar palabras de consuelo para Shauna, cuya mejor amiga, Mathilde, está viviendo sus últimos instantes, le dice una frase que se repetirá al final de la película y que marca el espíritu de la historia, totalmente cerrada a la trascendencia: “Hasta aquí, Mathilde, usted y yo, respiramos el mismo aire, y es lo único que cuenta”.

Quince años después, Pierre y Georges, el hijo de Mathilde, que trabajan juntos en un importante proyecto de investigación sobre el cáncer, están en un congreso en Dublín. Georges convence a su amigo para que lo acompañe a casa de Shauna, arquitecta jubilada, que vive a caballo entre su casa en el campo, en Irlanda, y su apartamento en el centro de París. 

A sus setenta años, Shauna sigue siendo una mujer atractiva y hermosa en su madurez. Hace ya años que las cuestiones de amoríos dejaron de interesarle y ahora lleva una vida independiente, con sus estancias en solitario en su casa de Irlanda, pero muy rica de actividades y amigos cuando está en París y, sobre todo, muy pendiente de su hija Cecilia (que adora a su madre), de su nieta Adèle, poco más que adolescente, que acaba de irse a vivir con su novio de toda la vida (de toda su corta vida, habría que decir). 

Contra lo que cabría esperar, Pierre ese hombre de 45 años, casado y padre de dos hijos, empieza a sentirse atraído por esa mujer veinticinco años mayor que él. Aunque al principio ni el mismo se explica qué le está sucediendo, la pasión es tan intensa que toma la decisión de conquistar a su amada, sin importarle la reacción de las personas de su entorno. Sufre por el dolor que le causa a Jeanne, su esposa, y le preocupan sus hijos, pero el sentimiento es tan fuerte que no duda, ni por un momento, de que ese es el camino que quiere seguir, le cueste lo que le cueste. Shauna intenta razonar, ella 70 años, él 45, pero finalmente no puede evitar dejarse llevar por su entregado amante.

 Carine Tardieu nos brinda una comedia romántica, de una gran delicadeza y de una elegancia que aleja la historia de cualquier interpretación banal. Los dos personajes protagonistas están bien dibujados, y la historia de su relación tiene profundidad. Ciertamente el núcleo de la cuestión es la dificultad de llevar adelante un amor cuando hay una diferencia generacional tan grande, pero el relato tiene más recorrido porque, del caso concreto, da el salto a la experiencia humana. Pierre no es un hombre ciego por la pasión, ni deslumbrado por una mujer de experiencia, sino que es alguien que ha encontrado a la mujer que le ha colmado el corazón. 

El sentimiento de Pierre es sincero, íntegro y totalmente generoso. Su mayor deseo es estar junto a ella siempre, para amarla y “respirar el mismo aire” que ella. Shauna, que ha sido una mujer luminosa por su belleza y su inteligencia, ahora, apartada ya de su profesión y con las huellas del tiempo en su piel, anda insegura, sin acabarse de creer que pueda ser amada con tanta fuerza, y con el temor de una relación que resulte patética a los ojos de los demás.

Melvil Poupaud está extraordinario en su papel de hombre serio, en su vida privada y en su profesión, que acaba por reconocer en él un sentimiento jamás experimentado y que no está dispuesto a perder ni una brizna de ese aire que quiere compartir con ella. Por su parte, la maravillosa Fanny Ardent ha ido transformando su belleza, su elegancia y su femineidad a medida que los años van pasando y, hoy todavía, su trabajo sigue siendo un auténtico recital de interpretación magistral.  

Sin embargo, a pesar de tantas cualidades, la película hace aguas, no acaba de convencer. El motivo es muy sencillo: toda la trama se apoya en un amor sincero y profundo, que asume la enfermedad y la muerte, pero que es incapaz de ir más allá. Es un amor sin horizontes, no por la edad de los amantes, sino porque lo “único que cuenta” es que pueden respirar el mismo aire mientras están vivos. Un amor que no sea infinito, sin límite ninguno, ni aun la misma muerte, un amor que no tenga anhelos de eternidad ¿puede ser considerado amor verdadero?