Cine y Valores

LITTLE RICHARD: I AM EVERYTHING

Título original: 
LITTLE RICHARD: I AM EVERYTHING
Puntuación: 
7

Average: 7 (1 vote)

Publico recomendado: 
Año: 
2023
Dirección: 
Guión: 
Música: 
Intérpretes: 
Distribuidora: 
Duración: 
101
Contenido formativo: 
Crítica: 

UN SER EXCÉNTRICO Y ATORMENTADO QUE BUSCA A DIOS

 

De la mano de la guionista y directora Lisa Cortés nos llega un curioso biopic del cantante estadounidense Little Richard. Richard Wayne Penniman nació en 1932, en Macon, ciudad conocida como el Corazón de Georgia, por estar ubicada en el centro geográfico de ese Estado. Era el cuarto de doce hermanos, de una familia humilde, de la que siempre se sintió responsable cuando empezó a tener algunos ingresos. Adoraba a su madre, que fue quien le apoyó para iniciarse en la música, pero sufrió mucho con su padre, pastor evangelista y destilador ilegal de whisky, un hombre muy severo y especialmente duro con él a causa de su homosexualidad. Con solo quince años se fue de casa (quizá habría que decir más exactamente que fue su padre quien lo echó) y comenzó para él una trayectoria muy azarosa, pero siempre con su vocación musical presente. 

Tras algunos intentos no muy logrados en el mundo de la música, conoció al cantante estadounidense de jump blues, Billy Wright, considerado una de las personas de mayor influencia en la carrera de Richard. Fue él quien, en 1952, le propuso grabar un disco, ya bajo el nombre de Little Richard. Sería el inicio de su carrera, que, no obstante, estuvo marcada por altibajos, que le llevaron incluso a trabajar como lavaplatos durante un tiempo. También influyeron en él la cantante de góspel y precursora del Rock and RollRosetta Tharpe y Esquerita, compositor y pianista, conocido por sus frenéticas actuaciones. 

La década de los 50 marcó para él el éxito como músico, tal vez especialmente a partir del momento en que, de forma improvisada, empezó a cantar de manera improvisada Tutti-frutti, una canción obscena a la que más tarde se cambiaría la letra como condición para su promoción. Little Richard fue un músico excéntrico, considerado el auténtico padre del Rock and Roll, que llegó a ser uno de los músicos más relevantes del siglo XX en Estados Unidos. Pero su fama no se debió solo a su música frenética, sino también a su condición homosexual, mostrada sin disimulos en una época en que lo normal era más bien ocultarla.

 El documental de Lisa Cortés sigue la trayectoria biográfica de Richard a través de declaraciones actuales de grandes personajes del mundo de la música que lo conocieron y que vemos aparecer en pantalla, como Mick Jagger, o por entrevistas y conversaciones del pasado, con The Beatles por ejemplo, o los mismos Billy Wright, Rosetta Tharpe, Esquerita... Pero, sobre todo, con intervenciones del mismo Richard hablando de su música y de su vida. Esto le da una gran vivacidad a la narración y consigue mantener la atención incluso del espectador no especialmente aficionado a la música de Little Richard.

Él no se sintió nunca bien tratado profesionalmente, pero finalmente, su música y su influencia como músico innovador han acabado teniendo el reconocimiento. Fue un hombre en constante búsqueda y revisión de sí mismo, y no solo en el ámbito artístico y profesional. El documental muestra cómo, a finales de los cincuenta, rompió totalmente con su modo de vida y entró en un período de profunda religiosidad, que lo llevó a estudiar teología y a hacerse ministro pentecostal. No sería un cambio definitivo, hubo retrocesos, rupturas y regresos arrepentidos, pero lo cierto es que su fe en Cristo se convirtió para él en el ancla de salvación que le permitió recuperar el equilibrio incluso después de episodios tan duros como su adicción a las drogas. Little Richard falleció a los 87 años el 9 de mayo de 2020, pero su recuerdo y su música se han hecho vida actual gracias al trabajo de la cineasta Lisa Cortés.