LÁNZATE A LO PROFUNDO
Libres es un viaje al interior del hombre, al hondón del alma, morada de Dios, donde se alcanza la plenitud personal y la auténtica libertad. No se trata de un reportaje sobre los monasterios de España, sino de una interesantísima película documental sobre el ser humano que levanta su vista y su vida hacia lo alto. Duc in altum, 'lánzate a lo profundo'.
Un puñado de varones y mujeres, de distintas procedencias y circunstancias y con edades también variadas, abren su corazón ante la cámara para narrar cómo, tras mucho buscar el sentido de la vida y encontrar incluso, en muchos casos, oasis de felicidad, seguían sintiendo una viva inquietud, hasta que hallaron la paz y la plenitud de amor en la unión íntima con Dios.
No es, pues, una película específica sobre la vida contemplativa, sino sobre el hombre, que ansía la verdad, la libertad y el amor y solo los halla en plenitud en el encuentro profundo con Cristo. Una monja que entró en el convento cuando enviudó, madre de seis hijos y abuela de muchos nietos, renunció a lo superfluo de su vida en el mundo, pero el amor a los suyos creció y se perfeccionó cuando se enraizó en el amor infinito de Dios. Un gran artista buscador de la belleza que, a pesar de su matrimonio y del nacimiento de una hija, no conseguía hallar lo que buscaba hasta que vislumbró la verdadera Belleza y consagró su vida a la contemplación.
Los testimonios se suceden y mantienen al espectador en vilo, porque cada vida que narra su aventura es única, cada una ha llegado a su monasterio por un camino particular, el suyo. Pero todas tienen en común el cansancio por la esclavitud de tanto materialismo en nuestra sociedad y la paz de sus corazones, que vuelan totalmente libres hacia lo alto.
La cámara de Santos Blanco ha podido adentrarse en varios monasterios y conventos de España, masculinos y femeninos, de diversas provincias de España (benedictinos de Leyre y del Valle de los Caídos en Madrid, monjas y monjes cistercienses de Las Huelgas (Burgos) y de Oseira (Orense) respectivamente, trapenses de San Pedro de Cardeña, convento de las oblatas de Cristo Sacerdote en Madrid...). Con una fotografía espléndida de Carlos de la Rosa, podemos contemplar imágenes bellísimas llenas de simbolismo –como la llama de una vela o la frase teresiana escrita en un muro, Solo Dios basta–, rincones de la arquitectura monástica y escenas familiares de la vida cotidiana de los monjes y las monjas: la oración comunitaria, el refectorio, los juegos en las horas de asueto, el trabajo en la casa, en la huerta, etc. Todo ello con una lograda banda sonora de Óscar Martín Leanizbarrutia.
El guion de Javier Lorenzo sostiene con buen pulso el ritmo narrativo y mantiene el interés por cada personaje y cada nueva experiencia, sin estridencias pero también sin monotonía ni repeticiones. No son palabras triviales, sino que cada uno de los testimonios rezuma sinceridad y autenticidad. Surgen del corazón del testigo y alcanzan el corazón del espectador.
La película, de una gran belleza, atrapa desde el principio. Cada camino por el que se llegó a la vida religiosa, cada encuentro personal con el Señor, cada libertad alcanzada, cada verdad patente y cada vida lograda son aldabonazos que admiran y dan que pensar.