Cine y Valores

LANGUAGE LESSONS

Título original: 
LANGUAGE LESSONS
Género: 
Puntuación: 
8

Average: 8 (1 vote)

Publico recomendado: 
País: 
Año: 
2021
Dirección: 
Fotografía: 
Música: 
Distribuidora: 
Duración: 
92
Contenido formativo: 
Crítica: 

EL COMIENZO DE UNA GRAN AMISTAD

Lo primero que llama la atención de Language Lessons es la ficha –técnica y artística – de la película. Tan solo hay dos actores, Mark Duplass y Natalie Morales. La directora, Natalie Morales es, a la vez, coprotagonista, coguionista y coproductora ejecutiva. En cuanto a Mark Duplass, es coprotagonista, coguionista y también coproductor ejecutivo, junto a su hermano Jay. Con tan pocos “mimbres”, Mark Duplass y Natalie Morales consiguen hacer una preciosidad de “cesto”.

El argumento es sencillo: El marido de Adam le regala un pack de cien clases semanales de español online. La sorpresa no acaba de ser de su agrado y no se siente muy inclinado a incluir en sus rutinas una conexión con “Cariño”, la profesora de idiomas. Pero una desgracia quiebra la vida de Adam y Cariño se convierte en su única tabla de salvación.

No hay ninguna alusión a la pandemia, pero el contexto de la historia es exactamente el mismo: dos personas, Cariño y Adam, que viven a mucha distancia uno de otro, y cuya relación nace y se desarrolla a través de pantallas. 

Son dos personas muy distintas frente a frente, cada cual con su rol perfectamente definido y sin nada en común más que una hora de clase semanal. Cada una tiene su vida privada, que para nada concierne a la otra. Pero una circunstancia fortuita abre un espacio muy sensible de cada uno de ellos: en Adam, el dolor, en Cariño, la compasión. 

A partir de ese momento, siguen siendo dos personas frente a frente, pero con mucho en común, esos vínculos humanos, esos lazos de sentimientos, que van, poco a poco, forjando un encuentro personal. Una auténtica relación personal hay que crearla esforzadamente, implica vencer muchos pequeños (o grandes) egoísmos y abrir paulatinamente las puertas del corazón al otro. La amistad que va surgiendo entre Adam y Cariño sobrevuela el tiempo y el espacio, y la pantalla deja de ser un muro de seguridad tras el que se oculta todo aquello que no se quiere desvelar, para convertirse en una puerta abierta a la más íntima verdad de sí mismo.

Los dos protagonistas aparecen constantemente en ese juego de pantallas, pero Morales tiene la habilidad de jugar con los fondos, las localizaciones y las posturas de los personajes, de tal modo que el espectador no solo no siente “claustrofobia”, sino que ni tan siquiera tiene la sensación de “confinamiento”.

El ritmo es muy bueno y mantiene el interés del público sin decaer en ningún momento. No se espera que pase nada, no hay intriga (aunque sí pasan cosas), pero los personajes son tan interesantes y la relación que se va creando es tan humana y tan rica, que el espectador conecta con ellos, los siente entrañablemente cercanos.

Aunque el relato parte de un hecho luctuoso, la historia es amable, dulce y divertida. Los diálogos son inteligentes y llenos de humor. La historia, que se sigue con sumo gusto y con la sonrisa en los labios, nos trae a la memoria esa otra colisión de idiomas y encuentro de personas, Spanglish (James L. Brooks, 2004) y despierta las ganas de volver a verla y disfrutarla.

Mark Duplass y Natalie Morales han logrado un pleno acierto que una obra ubicada constantemente entre pantallas de Zoom, una historia humana entrañable de solidaridad, manos tendidas hacia el otro, para pedir y para ofrecer, para dar y para aceptar.

Una rara perla de buenos sentimientos y limpieza absoluta.