Cine y Valores

La historia de Marie Heurtin

Título original: 
Marie Heurtin
Puntuación: 
8

Average: 8 (1 vote)

Publico recomendado: 
País: 
Año: 
2014
Dirección: 
Fotografía: 
Música: 
Distribuidora: 
Duración: 
95
Contenido formativo: 
Crítica: 

La película nos traslada a la Francia de finales del siglo XIX, a la zona rural de la región de Poitou, para narrar la conmovedora historia de Marie Heurtin, adolescente de 14 años, ciega y sorda de nacimiento. Marie es el paradigma del “pequeño salvaje”. Totalmente incomunicada con el exterior, no se deja ni lavar, ni vestir, ni peinar. Sus padres, gente muy humilde y pobre, quieren entrañable y dolorosamente a su hija, pero son incapaces de ayudarla ni menos aún hacer de ella un ser mínimamente civilizado. No tienen recursos para internarla en un asilo, así que deciden llevarla al Instituto Larnay, cerca de Poitiers, regentado por religiosas que se ocupan de niñas sordas. Marie, dadas sus limitaciones físicas –ni ve ni oye–, sufre un auténtico trauma al sentirse desgajada de lo que era su ámbito de vida acostumbrado, y reacciona con extrema violencia. La madre superiora del Centro considera que no están en condiciones de hacerse cargo de un caso así y Marie debe regresar al hogar paterno.
Sin embargo, una de las religiosas, sor Margarita, muy débil físicamente pero con una extraordinaria fortaleza interior, insiste en que le permitan dedicarse a la niña, puesto que, si ellas no la acogen, la alternativa es que sus padres se vean obligados a internarla en un psiquiátrico. La madre superiora, aunque muy preocupada por la salud precaria de sor Margarita, acaba accediendo. La convivencia de la “pequeña salvaje” con los demás miembros de la comunidad educativa –niñas sordas y religiosas– se hace en extremo complicada y todo apunta a un fracaso estrepitoso. Pero sor Margarita no es persona que se arredre fácilmente. Con una tenacidad admirable y una enorme dosis de creatividad, intenta encontrar formas de comunicarse con Marie, de penetrar en las tinieblas de su aislamiento. Busca denodadamente un método, basado en el sentido del tacto, a falta de la vista y el oído, para conseguir que Marie llegue a aprender un lenguaje de signos, en su caso aplicado a un invidente.
Jean-Pierre Améris consigue involucrar de tal manera al espectador en el dramatismo de la historia que lo deja sin aliento ante el evidente fracaso de todos los esfuerzos y lo hace vibrar de emoción cuando aparece algún avance en la formación de la niña. Si la historia esponja el alma, la fotografía es un auténtico deleite para la vista. Los planos cortos de las manos que intentan rasgar la oscuridad del aislamiento expresan sentimientos y provocan emociones sin necesidad de palabras, con el mismo silencio en el que vive Marie. Algunas escenas llegan a cortar la respiración, como cuando Marie, aseada, peinada y vestida de colegiala, sale al patio bajo la fina nevada. Las dos actrices protagonistas, Isabelle Carré como sor Margarita y Brigitte Catillon, sorda ella misma en la vida real, encarnando a Marie, llevan a cabo un trabajo magnífico, muy bien secundado por el resto del elenco.
Un gran acierto del guión es que no caiga en el recurso fácil de atribuir el proceso de Marie a un milagro sobrenatural. Se trata del resultado de un esfuerzo humano llevado al límite, por parte de una persona que encuentra su fuerza en Dios. La religiosa buscaba un método para relacionarse con el lenguaje de los signos y lo encontró en el lenguaje del amor total e incondicional. Por eso, discretamente, con la suave dulzura de sor Margarita, mujer de fe inquebrantable, que vive con la esperanza puesta en Dios y actúa impulsada por un amor “hasta el extremo”, Marie llega también a descubrir a Dios a través de la persona abnegada que le ayuda a tender puentes de relación con el entorno.
Film excelente, tanto por su factura como por el contenido humano. Cine del bueno. Película imprescindible que nadie debería perderse.