Sarajevo, 2016. En la azotea del Hotel Europa, todo un despliegue de cámaras de televisión. Una periodista realiza entrevistas a diversos personajes, sobre los acontecimientos que conmovieron Europa hace ya un siglo. La periodista recuerda a la duquesa Sofía y al Archiduque Francisco Fernando, heredero al trono austrohúngaro, asesinado en Sarajevo por obra de un joven bosnio, Gavrilo Princip, el 28 de junio de 1914. Como consecuencia de ese atentado, se produjo la declaración de guerra de Austria contra Serbia, que acabó desencadenando la Primera Guerra Mundial. El programa de televisión tiene una misión informativa y explicativa sobre las continuas conflagraciones de los últimos cien años, que han desangrado a los países de la ex Yugoslavia. Constituye toda una lección de historia, pero carente de acción, se limita a preguntas y respuestas o también, alguna discusión que permite ver la misma realidad desde distintos puntos vista.
Como una segunda trama, la película trata al mismo tiempo de un conflicto social en el gran hotel de lujo, donde se alojan los participantes en la cumbre europea que se va a celebrar con motivo de la ceremonia de conmemoración de la Gran Guerra. El personal tiene previsto manifestarse e iniciar una huelga ese mismo día, aprovechando el despliegue de medios, para que sus reivindicaciones puedan ser oídas. La acción se desarrolla en forma de thriller pero no llega a crear intriga.
Danis Tanovic presenta el Hotel como una metáfora de Europa: en lo más alto, desligado de la realidad que bulle unas plantas más abajo, se teoriza y se analiza la historia para descubrir cuáles fueron sus errores, y se preguntan cómo se darían hoy esos acontecimientos. Nada ha cambiado, todo desemboca en la misma discusión y falta de entendimiento de los tiempos pasados. Incluso uno de los personajes se llama también Gavrilo Princip. Unos pisos más abajo, el lujo y las buenas maneras esconden conflictos internos muy serios que pueden dar al traste con todos los vistosos proyectos, con coro de niños incluido. Bajo la elegante apariencia, Europa encierra un hervidero de injusticias, descontentos y problemas. Pero más recóndito todavía, en el subsuelo, está todo el poder, dinero y corrupción que mantienen en pie el edificio del «Hotel Europa». Confrontados el pasado -la historia- y el presente -el hotel-, auguran un negro futuro para Europa.
Tanovic logra muy bien transmitir la efervescencia del hotel, siguiendo con la cámara a los empleados a través de los recovecos y estancias del edificio, y nos lleva de un personaje a otro –director del hotel, Lamija, la madre de ésta, el dueño del casino, el actor francés…- aunque sin profundizar en ninguno. Es un film coral, porque no lo interesan las personas concretas, sino el simbolismo general de la Europa herida. La película dice, explica y muestra todo, sin dejar nada a la imaginación.
La línea argumental del programa de televisión es excesivamente denso y, aunque lo que se dice es interesante, se hace algo pesado. Más ágil es la acción en el hotel, pero no consigue enganchar al espectador, y como metáfora es totalmente desesperanzada. Las dos partes no logran imbricarse y en conjunto la película no acaba de funcionar, se queda en algo demasiado teórico y frío.
[Crítica cedida por Pantalla90]