Cine y Valores

Historias de nuestro cine

Título original: 
Historias de nuestro cine
Género: 
Puntuación: 
6

Average: 6 (1 vote)

Publico recomendado: 
País: 
Año: 
2019
Fotografía: 
Música: 
Intérpretes: 
Distribuidora: 
Duración: 
120
Contenido formativo: 
Crítica: 

MÁS ALLÁ DE LAS “ESPAÑOLADAS”

Sentado entre amigos, Antonio Resines va desarrollando anécdotas del cine español comenzando por las primeras imágenes en movimiento proyectadas que pudieron verse en España, en 1896, en el circo Price, utilizando un animatógrafo, un tipo de proyector inventado por el británico Robert W. Paul, que no llegaría a tener tanto éxito como el cinematógrafo de los hermanos Lumière, que llegó a España poco tiempo después. Ese 11 de mayo, a cuatro años de finalizar el siglo, puede, pues, considerarse el día inaugural del cine en España.

A partir de ese momento, el narrador, Resines, empieza con una serie de anécdotas, entrevistas, tertulias de amigos y proyección de imágenes, que constituyen un paseo por el cine español. Conviene prestar atención al título, que reza Historias -no historia- de nuestro cine. Es toda una declaración de intenciones: no se trata de trazar una relación cronológica del cine español, sino de detenerse en algunos puntos significativos o simplemente curiosos. ¿Cómo fueron las relaciones profesionales de la directora Gracia Querejeta y su padre, el cineasta Elías Querejeta? ¿Y las de Verónica Forqué con el suyo, director y guionista? ¿Cómo fueron los inicios en el cine de Carmen Maura? ¿Qué representó Marisol para su generación?

La película resulta muy amena porque los personajes que intervienen son todos buenos comunicadores y cuanto recuerdan va siendo ilustrado con imágenes de películas a las que hacen referencia. Hablan de Segundo Chomón, de cómo apareció el doblaje y de varias curiosidades más. Aparece en pantalla un grupo numeroso de productores, actores, directores..., como Enrique Cerezo, José Coronado, Julia y Emilio Gutiérrez Caba, Ana Belén, Gracia Querejeta, Verónica Forqué, Loles León, Fernando y David Trueba, etc. No están todos, por supuesto, y no sé da ninguna pista de con qué criterio han sido elegidos. Tal vez, sencillamente por una relación cercana con Antonio Resines y Ana Pérez-Lorente, los dos directores, pero se echa de menos que se informe al espectador de los porqués de las ausencias y las presencias.

Es un documental muy ameno para cinéfilos. El resto del público lo puede disfrutar, pero con mucha menos intensidad.