Cine y Valores

Háblame de ti

Título original: 
Un homme pressé
Género: 
Puntuación: 
6

Average: 6 (1 vote)

Publico recomendado: 
País: 
Año: 
2018
Dirección: 
Fotografía: 
Música: 
Distribuidora: 
Duración: 
100
Contenido formativo: 
Crítica: 

UN HOMBRE SIEMPRE CON PRISA

Alain es un hombre de negocios conocido y respetado por su eficacia y su habilidad en todo lo que emprende. Su último objetivo, en la gran empresa automovilística en la que él ostenta un alto cargo, ha sido la creación de un prototipo de coche eléctrico de lujo, llamado a ser un referente mundial. El anunciado modelo ha despertado una gran curiosidad en el mercado internacional y se espera con expectación su presentación en la próxima feria mundial de Ginebra. Alain, brillante orador y gran comunicador, es el encargado de presidir la ceremonia y de responder a las preguntas de los periodistas en la rueda de prensa organizada.

Toda la vida de Alain se concentra en su trabajo, sin espacio para el descanso o el ocio y ni tan siquiera para escuchar a su hija Julia. Pero su veloz carrera para atrapar el tiempo sin perder un minuto se ve súbitamente frenada por un derrame cerebral que, a pesar de no causarle lesiones irreversibles, le deja serias secuelas en el lenguaje y la memoria. La encargada de su rehabilitación es Jeanne, una joven logopeda competente, hermosa y paciente… pero tal vez no tanto como para lidiar con un hombre tan autoritario y difícil, acostumbrado a que nada ni nadie se le resista.

Después del ictus, cuando Alain se ha convertido en alguien vulnerable, sufre, además, la amarga experiencia del desafecto y la traición. Comprueba con desilusión que sus superiores lo valoraban exclusivamente por los beneficios que podían obtener de él y que ahora que ha dejado de ser útil, no dudan en prescindir de él.

La película es una adaptación de J’étais un homme pressé, libro autobiográfico de Christian Streiff, un alto cargo en Peugot-Citroën, que fue despedido después de haber sufrido un ictus, sin que se tuvieran en cuenta sus largos años de leales servicios y buen trabajo, que reportaron grandes ganancias a la empresa.  

Hervé Mimran se centra, sobre todo, en descubrir y mostrar al hombre que se ocultaba tras la imagen del poderoso director, que de repente se ve confrontado a la fragilidad del ser humano y obligado a una reconstrucción personal. Lo que hace que la historia de Alain sea universal es que hace referencia a todas las personas que se han lanzado en cuerpo y alma a su éxito en el trabajo, como medio para olvidar los problemas y los dramas de la vida personal. Pero también se dirige a tantas personas que se han dedicado a un trabajo bien hecho para conseguir éxito y dinero, pero que se han olvidado de sí mismos, de su crecimiento personal y, lo que no es menos grave, se han quedado sin tiempo para su familia.

Fabrice Luchini está magnífico, con una buena vis cómica, muy bien secundado por una Leïla Bekthti extraordinaria como la desconcertada logopeda, y muy bien también Rebecca Marder como Julia, la hija desatendida. Sin olvidar el buen trabajo de Igor Gotesman como Vincent, celador en el hospital y enamorado de Jeanne. La película es interesante, con momentos muy divertidos que quitan gravedad a un relato dramático y con un final esperanzador para nuestra sociedad contemporánea, apresurada y ultra conectada, donde no queda tiempo para escuchar ni atender al desvalido.