UNA CUESTIÓN DE FAMILIA
Hubo un tiempo en que las películas tenían como mérito el consabido eslogan “Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia”. De unos años a esta parte, la garantía del contenido de un film es que la trama esté “basada en una historia real”. Ahora llega “The Farewell” rompiendo los esquemas y anuncia: “Basada en una mentira real”. Al leerlo, puede surgir el temor de que estemos ante un producto de la posverdad, una manipulación de una realidad con fines torticeros. Pero nada más lejos de la realidad. Lulu Wang se inspira en una experiencia personal real para recrear la historia de una mentira llena de amor y fidelidad a las tradiciones.
Como Lulu Wang, Billi, la protagonista, nació en China pero ha crecido en Estados Unidos. Está en un momento difícil para poder seguir siendo independiente de sus padres y vivir al modo americano. Una mala noticia viene a preocuparla todavía más: su abuela, Nai Nai, a la que Billi adora, está aquejada de un cáncer y le quedan semanas de vida. Con la excusa de la boda de un primo de Billi, toda la familia dispersa por el mundo acude a la ciudad de Cangchum.
La familia ha decidido ocultarle a Nai Nai la gravedad de su enfermedad. Billi no está en absoluto de acuerdo. La mentira le parece poco ética (aunque también ella está mintiendo a sus padres a propósito de la beca) y cree que la abuela tiene derecho a conocer su realidad, por si quisiera despedirse. Poco a poco va comprendiendo que ese silencio no es cobardía, sino una actitud de cariño, porque la familia carga sobre ella el peso del dolor para que la enferma no lo sufra. El tío de Billi le da la explicación de la cultura china frente a la occidental, en la que ella ha crecido: “Crees que tú vida solo te pertenece a ti. Eso es lo que nos diferencia de los occidentales. En oriente, la vida de uno es parte de un todo”.
El centro de la película lo constituye la relación entrañable de abuela y nieta, Nai Nai y Billi, pero ello no es óbice para que el resto de los personajes, incluso secundarios con poca presencia, estén muy bien pergeñados. La puesta en escena es reposada, Lulu Wang se recrea en diálogos apacibles que sugieren más de lo que dicen. Awkwafina está espléndida, totalmente identificada con su papel. Ella y Zhao Shuzhen nos ofrecen momentos sublimes, emotivos y cómicos a la vez.
Una película que nos ofrece una visión cálida de las relaciones personales y de lo mejor de cada cultura, y reivindica los grandes valores humanos por encima del tiempo y de las costumbres. Una tragedia con golpes de humor geniales que emociona y divierte.