México D.F. Lázaro, un joven arquitecto es secuestrado y encerrado en un zulo de 3x1,5 m, sin más relación con el exterior que la presencia sistemática de sus guardianes, siempre encapuchados, para llevarle el alimento o darle instrucciones. Al principio cae en un total abatimiento hasta llegar al borde de la muerte por inanición. Su profunda fe religiosa le hace tomar conciencia de que no está solo y de que su libertad interior nadie la puede secuestrar. Consigue sobreponerse a sus propios miedos y desesperanza y organiza su jornada con toda una serie de rutinas que logran mantener despierta su mente y le permiten conocer los ciclos del tiempo. Para cuidar el cuerpo se impone comer y hacer ejercicio, a pesar de lo reducido del habitáculo. Para no perder al ánimo, se pone en manos de Dios y se propone no fallarles a los suyos. Para ser digno del amor de los suyos, resistirá con todas sus fuerzas.
Espacio Interior está basada en la historia real del arquitecto mexicano Bosco Gutierrez, quien permaneció secuestrado durante más de 9 meses en un zulo. Su historia conmovió de tal modo al director, Kai Parlange, que decidió llevarla al cine. El resultado es una película inquietante. Todo lo vemos desde el punto de vista de Lázaro, ya en las primeras escenas, con los ojos vendados, hasta el angosto cuarto sin más luz que una bombilla que cuelga del techo. Casi toda la película está filmada en el interior del cubículo, centrada exclusivamente en el secuestrado, en sus angustias, esperanzas, recuerdos, miedos… Nos adentramos en su mente para ver cómo busca motivaciones y recursos para sobrevivir en circunstancias tan penosas y para no perder nunca la dignidad humana. Para ello limpia el zulo, hace ejercicio, escribe, dibuja, reza… Para aliviar su angustia se refugia en los recuerdos de su infancia, de su esposa, sus hijos... Estas evasiones con la imaginación, para el secuestrado, son momentos de alivio que le ayudan a sobrevivir, y para el espectador constituyen también pequeños respiros al tremendo desasosiego.
La tensión angustiante se mantiene hasta el desenlace final, pero la película es mucho más que el relato estremecedor de 257 días de cautiverio infrahumano. La experiencia del joven arquitecto pone de manifiesto que la auténtica libertad nunca le podrá ser arrebatada a un hombre si él no la rinde, su “espacio interior” es imbatible si él no lo entrega. Sus secuestradores le han usurpado su libertad de acción, pero a él le queda la libertad de decidir cuál es su actitud interior ante esa circunstancia. Es la libertad de decidir su respuesta ante el mal y la crueldad, de fiarse de Dios y seguir amando a los suyos a pesar del entorno hostil y amenazante. La libertad de conservar su dignidad de hombre.
Kai Parlange Tessmann nos ofrece una buena película, con un relato equilibrado, que no evita nada del sufrimiento real pero sin caer en exageraciones ni descripciones gratuitas. Lázaro aparece como un ser humano normal que, en una situación extrema, fue capaz de adoptar una actitud heroica. Kuno Becker lleva a cabo un trabajo convincente encarnando a un personaje nada fácil. “Espacio interior” es una gran lección sobre el sentido de la vida, el lugar de la fe y el amor en la existencia de una persona y en qué consiste la auténtica libertad.
Espacio interior
Título original:
Espacio interior
Género:
Puntuación:
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Publico recomendado:
Año:
2012
Dirección:
Fotografía:
Música:
Intérpretes:
Distribuidora:
Duración:
89
Contenido formativo:
Crítica: