MUERTE EN VITORIA
Vitoria, 2016. En la cripta de la Catedral vieja acaba de hacerse un hallazgo macabro. Han aparecido los cadáveres de un chico y una chica de veinte años, desnudos y en la misma posición que otras varias parejas asesinadas del mismo modo. Este tipo de crímenes habían aterrorizado a la ciudad veinte años atrás, hasta que se atrapó al asesino, el arqueólogo Tasio Ortiz de Zárate. Pero ahora se están repitiendo los crímenes. ¿Estará en prisión un inocente y el verdadero asesino ha vuelto? ¿Puede, acaso actuar alguien a sus órdenes? ¿Será un imitador?
El caso es que se están repitiendo los asesinatos, siempre un varón y una mujer, de la misma edad, con una diferencia de cinco años con las víctimas anteriores, y sin ninguna relación entre ellos. Parecen formar parte de una especie de ritual: el lugar donde quedan depositados los cadáveres es un sitio emblemático de la historia de la ciudad de Vitoria y el asesino los coloca siempre en la misma postura, tendidos juntos los dos, con los brazos entrelazados, desnudos y con sus partes íntimas cubiertas por motivos florales.
El inspector Unai López de Ayala, experto en criminología, es el encargado de investigar el caso, con su ayudante, la inspectora Estíbaliz Ruiz de Gauna. Las relaciones con la recién llegada subcomisaria Alba no facilitan su trabajo.
La película es una historia inquietante, adaptación de la primera de las novelas de la trilogía de Eva García Sáenz de Urturi, sobre Vitoria, “la ciudad blanca”. Tal vez la obra escrita tenga más solidez y coherencia, pero al guion cinematográfico le falta pulso narrativo. Por momentos parece no avanzar, no porque se mantenga el suspense, que esto sería lo deseable, sino porque no aporta nada nuevo. Además, el hecho de que el espectador conozca al asesino antes que la policía le resta misterio a la trama. Y un thriller con poca intriga no resulta muy adecuado.
El director hace un buen trabajo y hay algunas escenas impresionantes, como la persecución por la catedral en plena noche. La fotografía de Josu Inchaustegui es preciosa y entran ganas de volver a visitar la ciudad. El trabajo actoral es muy bueno en general, pero, por citar algunos nombres, podemos destacar a los principales protagonistas, Javier Rey y Belén Rueda.
La película resulta entretenida, sobre todo para los amantes del thriller, pero nada más.